viernes, 20 de diciembre de 2013

Navidad



Feliz Navidad y Año 2.014
para mi Amo y para todos los seguidores
y todos los lectores de este blog

jueves, 12 de diciembre de 2013

Subasta de esclavos



El pasado fin de semana fui subastada ante un grupo de Dominantes, tanto masculinos como femeninos en un club de BDSM. Iba acompañada por otros diez esclavos y esclavas, aunque cada uno fuimos subastados individualmente. Ha sido la primera vez que he pasado por esta experiencia y la verdad, debo decir que es muy humillante y denigratoria, aunque por lo visto,  bastante habitual.
Cuando llegó mi turno, fui subida a una especie de tarima, casi totalmente desnuda, con grilletes en manos y pies. El maestro de ceremonias exaltó las que a su juicio eran mis virtudes aparte de hacer una sumisa filiación.
Naturalmente, era una subasta pactada, en la que el ganador recibía el premio de poder usar a la esclava durante doce horas en un próximo fin de semana. La puja comenzaba por cinco euros y el máximo al que podía llegarse era cincuenta euros. Ese dinero serviría para cubrir los gastos del evento y para alguna otra necesidad. Fui adquirida en cuarenta y cinco euros y lo cierto es que, en ese sentido, puedo sentirme ciertamente orgullosa pues no fueron muchos los esclavos y esclavas que llegaron a esa cifra. 
El Amo al que fui adjudicada es un hombre de cuarenta y cinco años, al que ya conocía de haberlo visto alguna vez y con el que mi Amo mantiene una cierta amistad. Pasaré con él las horas estipuladas el próximo sábado con unos límites que están pactados previamente pero que, en general, son los mismos que cada esclava y esclavo tiene con su propio Amo o Ama.
Espero que todo salga bien.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Aviso



Según me han dicho algunas personas y, después, he podido comprobar personalmente, hay algunas dificultades para ver el blog en Internet Explorer. Hay algunas secciones que no se ven, en concreto los Seguidores y algunas otras cosas. Por el contrario puede verse perfectamente en Google Chrome y en Firefox

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Nuevo contrato



Hace bastante tiempo que no escribo nada sobre mí y creo que ha llegado el momento de hacerlo.
Después de que mi Amo me dijera que no quería seguir conmigo por las faltas que había cometido y haber perdido su confianza, le supliqué que me diera la oportunidad de resarcirlo de mis errores y, después de pensarlo durante un tiempo,  decidió darme tres meses de prueba durante los cuales tendría que demostrarle mi fidelidad, mi interés y demostrarle que era digna de confianza.
Han transcurrido los tres meses y mi Amo me ha retomado de nuevo como su esclava. Como consecuencia de ello, hemos pactado un nuevo contrato que me convierte en una esclava total, 24/7 y con muy pocos límites. Un contrato bastante duro que es lo que ambos queríamos.
Seguramente, dentro de las cláusulas de ese contrato, que otro día revelaré con más detalle,  hay una que, en mi opinión, está por encima de las demás y que me condiciona en gran medida y hace que me sienta muy sometida. Es la imposibilidad, por mi parte, de ocultar mi condición de esclava dentro del BDSM. Naturalmente, no tengo que ir por ahí vociferando que soy una esclava o que practico BDSM, pero no puedo negarlo si alguien me lo pregunta o lo descubre en una de mis marcas o si pregunta por las iniciales de mi Amo que llevo grabadas en una medalla que cuelga de mi collar y que está permanentemente visible.
Es cierto que podía haberlo puesto como límite, pero no he querido hacerlo.  Creo que es el paso definitivo para convertirme en la esclava que quiero ser y para sentirme totalmente sometida. Confío en que no haya dado un paso en falso.

domingo, 6 de octubre de 2013

No quiero un Amo así



Me gustaría hacer un comentario sobre un tipo de Amo que existe en el BDSM y con cuya forma de comportarse no estoy en absoluto de acuerdo. Me refiero a aquellos que por el hecho de ser Amos se creen con derecho a todo. Es evidente que un Amo goza de ciertos privilegios sobre su esclava, el más importante de ellos, someterla de acuerdo con los términos que hayan pactado previamente. Un Amo tiene el poder sobre su esclava, en ocasiones, un poder total, pero no es eso lo que discuto.
Con lo que discrepo es con la forma de comportarse de algunos Amos en la relación que mantienen con su esclava. Estos Amos piensan que pueden pasar el tiempo que quieran sin dar señales de vida, mientras su esclava ha de ejercer como tal las veinticuatro horas del día. Se conforman con una llamada o con un correo, a veces ni siquiera diario, para dar mil órdenes o deja de aparecer durante el tiempo que le parece oportuno, mientras la esclava ha de escribir veinte veces. Si llegan las vacaciones, no aparecen ni escriben ni dicen dónde están o lo que hacen mientras las sumisas o las esclavas han de mostrarse todos los días, a cada momento y no pueden dejar de ser esclavas aunque estén con la familia o de viaje no en cualquier parte. Eso es lo que no me parece justo y lo que critico. El Amo domina y la esclava se somete y obedece. Acepto que pueda perder todos sus derechos en la relación pero ambos han de tener las mismas obligaciones  e idéntica dedicación

martes, 10 de septiembre de 2013

Para el Ama Neus



Esta es una entrada personal para el Ama Neus. Le ruego que si me lee me envíe su dirección de correo electrónico pues la he perdido y no puedo escribirle.

Pido disculpas por escribir una entrada personal pero no hallo otro modo de solucionar el problema


miércoles, 28 de agosto de 2013

La gente y el BDSM



Estoy de acuerdo con vainillaosumisa en que revelar que practicas BDSM o, peor aún, que eres una esclava puede depararte enormes perjuicios y contrariedades.  Lo he padecido en carne propia. Como ella, creo que es posible perder un empleo o un amigo pero tan malo como eso es que te tomen por puta, por sádica o por un ser extraño y marginal. Supongo que es porque mucha gente no está capacitada para comprender ni para aceptar formas alternativas de vida o comportamientos diferentes que, sin ser perjudiciales para nadie, están alejados de lo que muchos consideran correcto. Me parece también evidente que a la persona que está fuera de este mundo nuestra actitud ante la vida no sólo puede parecerle rechazable, incluso desde el punto de vista moral, , sino que también le da miedo o envidia que otras personas puedan hacer algo con lo que ellos han soñado sin atreverse o, tal vez, porque tienen unas fantasías que no se corresponden para nada con la realidad del BDSM.
En mi caso personal, practico BDSM porque es mi opción de vida, y lo hago hasta sus últimas consecuencias. No sólo no reniego de ello ni me siento marginada ni culpable de nada, sino que estoy orgullosa de vivir como vivo y de hacer lo que hago.
Evidentemente, no voy por ahí pregonando que soy una esclava ni que practico BDSM pero tampoco lo oculto cuando llega el momento. Claro, sé con quién se puede y con quién no pero si sale la conversación o si alguien se interesa porque ha visto una marca o cualquier otro detalle en mi cuerpo o porque se ha mantenido una conversación sobre el tema, no tengo ningún problema en admitir públicamente mi condición de esclava.

sábado, 3 de agosto de 2013

Perversión



En muchas ocasiones, cuando se habla de BDSM con alguien ajeno al tema, enseguida te das cuenta de que no tiene muy buen concepto de esta práctica. Me ha ocurrido varias veces. Unas, hablando en general del tema y otras, admitiendo mi participación en la práctica en calidad de esclava. Naturalmente, la reacción es diferente cuando saben que soy parte integrante del BDSM que cuando hablo con alguien desde un punto de vista general y sin revelar mi condición de parte sumisa.
Lo más dulce que se oye es que los practicantes del BDSM son unos tíos y unas tías raros, casi excepcionales, mientras que es fácil que lo traten de perversión. Los que practicamos BDSM somos unos pervertidos en general. Si se profundiza un poco más, se descubre que los Dominantes son machistas y maltratadores, las Dóminas lesbianas en su mayoría y las sumisas y esclavas unas zorras, unas guarras y unas degeneradas.
Me pregunto cuál será la razón de que tanta gente piense así. ¿Es por desconocimiento? ¿Es por prejuicio? ¿O se trata de envidia porque les gustaría entrar en nuestro mundo pero no se atreven? Creo que es una mezcla de las tres y, tal vez, de alguna razón más. Quizá se debe también a que nosotros mismos nos encerramos en nuestro mundo, como si lo que hacemos fuese algo prohibido o macabro, como si todo fuera sadismo profundo o sexo aberrante y a que no contamos nuestras prácticas o nuestros sentimientos. Pero es difícil presentarte ante alguien y decirle "Yo soy una esclava y pertenezco a mi Amo". Es curioso ver la cara que ponen.

sábado, 27 de julio de 2013

Repudio



Esta semana he tenido el honor más grande que puede recibir una esclava. Esta semana he sido repudiada por mi Amo. El motivo ha sido desobedecer reiteradamente una orden y, en concreto, no cumplir una de sus reglas. Como esclava tenía prohibido mantener cuentas privadas de correo electrónico y chatear con alguien sin permiso y no he cumplido la norma. Debo reconocer que, en cierto modo, he merecido el repudio y el abandono de mi Amo. Aunque hubiera podido ser diferente. Podría haberse conformado con imponerme un castigo ejemplar, con reprenderme severamente, con quitarme el ordenador o con hacerme algún tipo de advertencia antes de tomar una decisión tan drástica y tan humillante. Pero no le ha parecido oportuno.
Mi Amo me ha dicho que no se fía de mí, que le he defraudado profundamente, que piensa que todo lo que le he dicho durante el tiempo que llevamos juntos, es mentira, que soy una estafadora. Y a mí me ha dolido tanto escuchar eso que no he sabido qué responder. Mi Amo tiene razón. Una esclava que se comporta como yo no es una esclava seria, es más bien una farsante. Pero me he esforzado tanto en cumplir mis obligaciones, he observado con tanto entusiasmo y con tanta dedicación todas las normas y todas las reglas y he luchado tanto contra tantos inconvenientes y contra tantas dificultades que no me parece justo hallarme donde me hallo ni haber llegado hasta donde he llegado.
En cualquier caso, le he pedido perdón, le he explicado los motivos y le he suplicado que me diese otra oportunidad, que me diese algo de tiempo, unos días o un mes, para tratar de recuperar su confianza. Pero tampoco le ha parecido oportuno.
Sin embargo, me gustaría declarar mi máximo respeto y mi mayor admiración por mi Amo y dentro de ese profundo respeto decirle que ha sido injustamente duro conmigo. Ni siquiera ha considerado oportuno ofrecerme algún tipo de amistad o mantener el hilo de algún tipo de relación.
Hoy quiero manifestar que dejo el BDSM. Ha sido una de mis grandes pasiones y a él me he entregado en cuerpo y alma, con lo que ello supone de renuncia y de sacrificio. Los que me conocen saben lo que he luchado siempre por llegar a lo más alto del sometimiento, por mantenerme como una esclava digna, incluso con importantes problemas de salud y de convivencia. Pero estoy cansada. Quiero intentar otro tipo de vida, salir con amigas y amigos, vivir como cualquier chica de mi edad. O, tal vez, digo todo esto porque estoy dolorida y porque me siento hundida, porque estoy inmensamente frustrada y porque me siento triste. He pasado por momentos muy bellos pero también por otros muy malos. He llorado muchas veces y he recibido muchos palos, no de los que se dan con un látigo o con una fusta, sino otros mucho más dolorosos e intangibles.
De momento, me propongo continuar con el blog. Lo haré mientras tenga algo que contar o mientras haya alguien que tenga la paciencia de leerme. Nunca pensé que me sucedería lo que me ha ocurrido.

domingo, 21 de julio de 2013

El BDSM como práctica sexual




Recorriendo algunos foros de temática BDSM he leído la opinión de algunos practicantes para los cuales el BDSM no es más que una forma de expresar o de practicar la propia sexualidad. Estoy totalmente en desacuerdo con esa opinión.
Naturalmente, cada persona puede practicar esta actividad como le venga en gana y si hay personas que consideran que el único objetivo es practicar sexo como Dominante o como sumiso, están en su derecho. Pero para mí es mucho más que eso.
Desde mi punto de vista el BDSM no es una forma de sexualidad sino una forma de vida. Es cierto que en este tipo de relaciones hay un componente sexual o una actividad sexual pero no mucho mayor ni más importante que cualquier otra de las actividades que le son propias. Creo que la esencia del BDSM es la sumisión en todos los aspectos de la vida, llegar a sentirse sometida a un Amo o Ama, llegar a vivir sometida, que los Dominantes programen tu vida o tengan poder sobre cada aspecto de ella. Sé que no todo el mundo practica ese tipo de relación, que hay gente que se limitan a sesiones esporádicas o a momentos puntuales. Que hay otros que sólo ejercen su Dominación o su sumisión en el acto sexual pero no es eso lo que yo busco ni lo que me interesa. Busco una sumisión completa y una entrega total. Ese es el BDSM que me interesa y reducirlo todo a una relación sexual me parece una lamentable simplificación.

domingo, 23 de junio de 2013

Física



Nunca se me dio muy bien la Física. Y eso que siempre fui una buena estudiante. Pero me parecían unos conceptos tan abstractos y tan poco útiles que me daba una pereza enorme tener que aprenderme toda una serie de reglas y de preceptos que para mí no tenían ningún interés. No quiero confundir a nadie. Sé que le Física es imprescindible en el mundo en el que vivimos y que, en gran medida, rige nuestra existencia. Pero yo siempre lo he visto de otra forma.
Si por algún azar del destino hubiera estudiado esa carrera, me habría dedicado a la Astronomía. Es la única faceta de esa disciplina que despierta interés en mí.
Mi Amo es físico. Nos hemos reído mucho a costa de eso en el pasado. Para más escarnio es Físico teórico y yo le he preguntado muchas veces para qué servía eso. Apiadándose de mi ignorancia, me respondía que esos estudios hacia los que yo era tan escéptica producían grandes beneficios incluso a la Medicina.
No he vuelto a saber nada de mi Amo. Ni siquiera sé si está vivo y lo más probable es que no vuelva a saber nada de él. Sigo sintiendo una inmensa tristeza pero si ya no está con nosotros, estoy segura de que estará en algún lugar de ese Universo que tanto le gustaba estudiar y se reirá, por supuesto de manera benévola, con mi ignorancia.
Me gustaría que estas líneas sirvieran de pequeño homenaje a un Amo que se desveló por su esclava y al que su esclava trató de servir con toda la dedicación y con todo el entusiasmo de que fue capaz.

domingo, 19 de mayo de 2013

Branding



Dentro de poco se va a cumplir un mes desde que comencé a someterme a mi Señora en una relación que podría clasificar como total o 24/7 y en la que, prácticamente, no tenemos otros límites que los que perjudiquen a la salud o sean prácticas ilegales. Desde el recuerdo a mi Amo quiero decir que mi actual relación es algo que me está llenando y a la que empiezo a dedicarme en cuerpo y alma.
Estos días mi Dueña me ha propuesto escoger entre dos alternativas: la primera de ellas es el branding, es decir, el marcado al fuego en mi cuerpo de la marca que elija mi Ama y que me identifique como esclava suya. Es algo que me atrae enormemente y que me convertiría en una esclava totalmente sometida, no sólo en la realidad sino en mi propia percepción. Me haría sentirme mucho más sometida, mucho menos libre y sabría que iba a ser una esclava durante toda mi vida. Pero tiene un inconveniente y es que rara vez una relación de esclavitud en el BDSM es de por vida. Es fácil que se acabe (en mi experiencia mi Señora es mi cuarto Amo) y no creo que a otro Amo futuro le gustase tener una esclava que lleva una marca que no es suya.
La otra alternativa es el tatuaje. Las sensaciones afectivas son menores, no es estar marcada como un animal, pero también es permanente y, desde luego, también pienso que puede ser enormemente atractiva. Además, tiene la ventaja de que existen técnicas que la pueden eliminar.
Naturalmente, mi Dueña no me obliga a tomar decisión por una o por otra marca pues también puedo quedarme como estoy, es decir, con una marca pintada sobre mi piel. Pero me atrae mucho más cualquiera de las otras dos alternativas.
Tal vez haya alguien que pueda ayudarme a tomar una decisión.

sábado, 4 de mayo de 2013

Me gustaría haber acertado



El Ama Sara me ha ofrecido un contrato de esclavitud para entrar a formar parte de su cuadra. Es un contrato simple: Esclavitud total, 24/7, sin otros límites que preservar la salud en todo momento, no cometer ninguna ilegalidad y permitirme desarrollar mi trabajo libremente aunque estando también sometida durante ese tiempo. Naturalmente, me ha pedido mi opinión y ha estado abierta a cualquier manifestación que pudiera hacer yo.
Lo he dudado mucho, en realidad, llevo dudando desde diciembre en que mi Amo cayó enfermo. Hoy le he respondido aceptando el ofrecimiento. Lo he hecho por varias razones. Primero, porque necesito sentirme sometida a otra persona y me gusta la práctica del BDSM. En segundo lugar he pensado en mi Amo. No sé nada de él desde hace más de un mes y no creo que vuelva a saber nada. El desarrollo de su enfermedad es una cuestión de tiempo, un tiempo que ni siquiera sé si se ha cumplido. Me dije a mí misma que no tendría otro Amo, pero sé perfectamente, porque me lo ha dicho varias veces, que su deseo es que prosiga mi esclavitud como he hecho hasta ahora. También me ha dicho que no quiere que abandone en ningún caso porque no se sentiría orgulloso de mí. Yo me siento orgullosa de él y siempre será mi Amo.
Habrá personas a las que le parezca mal la decisión que he tomado, que la critiquen y si lo hacen con respeto me parecerá bien. Habrá otras personas a las que les parezca que mi decisión  es la correcta y estará la inmensa mayoría que no estarán ni a favor ni en contra, bien porque piensen que es una decisión personal o bien porque no les importe lo que haya hecho.
Desearía haber acertado porque tengo que seguir adelante. Él tampoco quiere que me pare.

jueves, 25 de abril de 2013

Es hora de tomar decisiones



Quisiera pedir disculpas por haber estado casi un mes entero sin actualizar el blog pero estoy en una situación muy particular y en cierto modo bastante delicada. Ha llegado el momento en que he de decidir cuál va a ser mi futuro más inmediato. Como dije en otra entrada estoy viviendo en casa de un Ama en calidad de huésped pues no practico ninguna actividad dentro del BDSM, pero la situación ya no puede prolongarse más, no porque ella me haya dicho nada, sino porque yo empiezo a no sentirme cómoda. Es cierto que le pago un pequeño alquiler y que contribuyo con mi parte a los gastos generales pero el Ama tiene una esclava con la que sí trabaja y yo me siento un poco desplazada o como si estuviera molestando. La situación de mi Amo no ha hecho sino empeorar y ya no existe ninguna posibilidad de que reanudemos nuestra relación.
Hace unos quince días tuve noticias suyas y su estado es tan malo que temo que no vuelva a saber de él. En esas condiciones me es difícil decidir lo que hacer, si dar por terminada mi etapa en el BDSM, si aceptar el ofrecimiento del Ama Sara para que pase a formar parte de su cuadra o de si tratar de buscar una nueva relación. Espero que cuando tome la decisión, lo haga de la forma más correcta.

jueves, 28 de marzo de 2013

El destino



No creo en el destino. No puedo aceptar que la vida de una persona, su fecha de nacimiento, de su muerte, su felicidad o cualquier otra circunstancia esté predestinada de antemano. No puedo creer que un accidente, una guerra o un terremoto estén predestinados.
Sin embargo, a veces hay circunstancias que parecen querer demostrar lo contrario.
Hace ya siete años que empece mi relación con el BDSM. Empecé con un Amo como sumisa y alcance al cabo de un tiempo el grado de esclava con lo que ello comporta. La relación duró cinco años hasta que una grave enfermedad mía me hizo terminar con ella. En las circunstancias en que estaba me era imposible aceptar, por motivos de salud, la mayoría de las prácticas que debe realizar una esclava.
Al cabo de un tiempo, y como consecuencia de la casi total curación de la enfermedad, inicié una nueva relación con un Ama que también se truncó a los pocos meses porque tuve la mala suerte de recaer de la misma enfermedad y tener que someterme a un rígido tratamiento médico y de forma de vida.
Finalmente y hace algo más de un año comencé la que hasta ahora ha sido mi última relación, durante la que he sido una esclava 24/7 con total dedicación, prácticamente sin limites, aunque, naturalmente, consensuada. Esta relación acaba de terminar porque mi Amo ha caído gravemente enfermo y no puede seguir con ella.
Tres relaciones y las tres terminaron por idénticas razones pero, aunque eso da pie para pensar otras cosas, sigo sin creer en la predestinación.
Ahora me encuentro en un periodo intermedio, un periodo de reflexión antes de decidir que camino tomar. Se me abren tres posibilidades. La primera, abandonar definitivamente el BDSM y dedicarme y vivir la vida desde otro punto de vista. Otra, continuar con el Ama a la que mi Señor me cedió, Ama con la que vivo actualmente, aunque no tengo relación de esclava. La última, esperar a ver si surge otra persona con la que poder iniciar un nuevo intento. Desde luego, antes le avisaré de cuáles son mis antecedentes.

domingo, 10 de marzo de 2013

Reflexiones




Me siento en el suelo, en un rincón del cuarto, y me pongo a reflexionar. Se me vienen a la memoria los tiempos en los que me inicié en el BDSM como sumisa, hace ahora siete años, y me parece que es un tiempo de otra vida. Tengo la sensación de que siempre he sido esclava, que nunca he vivido otra vida. Desde entonces, he sido sumisa y esclava y he llegado al lugar más alto (o más bajo, según se mire) al que anhelaba llegar. He sido, soy una esclava total, durante las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Una esclava sin más límites que los que reconoce el sentido común. Una esclava que se ha dedicado en cuerpo y alma a servir a su Amo, al que ha terminado convirtiendo en un ser superior o tal vez en una especie de dios, aunque, quizá, sea mejor decir, en mi Dueño, en la persona que ha dirigido mi vida sin dejarme el menor resquicio de libertad, de intimidad, de poder de decisión, el más mínimo derecho en el que ampararme. Me he sentido feliz siendo su perra, su puta, su sierva, su objeto. He intentado satisfacerlo siempre y siempre me he sentido satisfecha.
Hace algo más de dos meses mi Amo me manifestó que le habían diagnosticado una gravísima enfermedad y que no podía continuar con mi adiestramiento. Después de sopesar las posibles consecuencias, decidió cederme a una Ama en quien confiaba plenamente, para que continuara mi adiestramiento hasta que él se recuperase y pudiera volver a hacerse cargo de mí. Durante estos meses he servido a mi Ama sin olvidar a mi Amo. Empecé a escribir un diario en el que le contaba todas mis actividades, mi día a día. En respuesta  él me contestaba, me contaba cosas o, a través del Ama, me daba algunas órdenes y me comunicaba algunas directrices.
Pero hace unos días he vuelto a recibir otra comunicación de mi Amo. Desde su ciudad de origen, donde se está tratando, me decía que el tratamiento no había dado el resultado previsto, que se encontraba mal e insinuaba que su enfermedad no tenía solución. Finalmente, añadía que se veía obligado a abandonar el BDSM para siempre porque ni física ni anímicamente, estaba capacitado para continuar.
Cualquiera puede imaginar como me sentí. No ya por la esclavitud, que eso no importa, sino por su salud, que es lo verdaderamente importante. Sé, aunque no me lo ha dicho, que le gustaría que siguiera con el Ama con la que convivo actualmente, que continuara mi esclavitud sirviéndola a ella. Pero mi angustia actual es no saber nada de él y no poder comunicarme con él; mi obligación, mostrar el mayor respeto a mi Señor y a su familia y quedarme en el lugar en el que merezco estar.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Deseos




Hoy quisiera inundar el mundo con mi llanto, sumirme en el silencio más absoluto, detener el tiempo y hacer que vuelva atrás para tratar de evitar lo que no es evitable. Hoy me retiro a mi rincón y reflexiono en silencio y espero aunque tal vez no haya esperanza. Hoy he vuelto a quedarme sola.

lunes, 18 de febrero de 2013

Los foros



Siempre he creído que un foro es un lugar en el que debatir, opinar, exponer las propias experiencias y, en general, discutir sobre los diversos temas que formen parte de la temática del foro. Pero he descubierto que no siempre es así y que no todos los miembros de un foro lo usan para eso. Hay gente que usa los foros para insultar, eso sí, desde el anonimato de un apodo, y la mayoría de las veces, sin conocer a la persona a la que se insulta y, por supuesto, sin haberla visto en la vida.
No soy una persona que frecuente los foros y, de hecho, sólo visito dos con alguna regularidad pero, desde hace un tiempo, me he estado preguntando por la razón de que eso ocurra. No es fácil hallar una respuesta. Es difícil entender que alguien pueda caer mal en un sitio al que acude con el ánimo de debatir y de aprender y que haya un determinado número de personas, casi siempre las mismas, a las que le cae mal todo lo que dices, sea una cosa o sea otra totalmente diferente. Si sólo fuera eso, me parecería normal, al fin y al cabo, cada uno puede pensar lo que quiera, pero lo que ya no me parece correcto es que a la opinión en contra se una la ironía injustificada, el mal gusto y, sobre todo, el insulto.
Al final, he hallado una razón que no sé si será la única pero que sí estoy segura de que es la única que se me ocurre y es que esas personas que insultan lo hacen porque se sienten inferiores, saben que son inferiores y sienten una profunda envidia por lo que tú haces y cuentas porque ellas nunca podrán conseguirlo. En un principio te defiendes, tratas de hacerte entender o de explicar mejor tu postura por si no has sabido hacerlo pero, al final, te cansas y prefieres dejarlas con sus frustraciones, sus manías, sus complejos y su pordiosera envidia. Y la verdad, es una lástima.

miércoles, 30 de enero de 2013

El sexo en el BDSM



Ya llevo algo más de dos semanas cedida a mi nueva Ama y debo decir que he apreciado significativas diferencias. Sé por experiencia que la dominación de un Amo no es la misma que la de un Ama, como tampoco lo son la intensidad de unos azotes, los castigos o cualquier otra práctica, igual en el fondo pero diferente en la forma.
Afortunadamente, mi Amo sigue con su tratamiento y, a pesar de las dificultades, lo está tolerando bastante bien y se encuentra animado, lo que ya es un motivo de alegría y de esperanza. Nos comunicamos con frecuencia y escribo un diario con mis actividades rutinarias  que él lee cuando le parece oportuno o cuando se encuentra con la suficiente fuerza para hacerlo.
Pero aparte de mi situación personal quisiera hacer hoy un comentario más de índole general, tal vez al hilo de algún otro que me ha llegado. Siempre he oído hablar a algunos practicantes de BDSM como si éste se circunscribiera a una relación sexual más o menos morbosa o más o menos rara, en la que predomina la dominación de una parte y la sumisión de la otra. Fuera del sexo no existiría el BDSM para estas personas e incluso los azotes, el bondage o cualquier otra práctica, no sería más que un prolegómeno a lo verdaderamente importante que es el sexo.
Yo no estoy de acuerdo. Sé que en el BDSM hay sexo pero también hay otras muchas cosas más que nada tienen que ver con el sexo. Y personalmente lo prefiero así. Para mí, BDSM es dominación y sumisión y el sexo una de tantas prácticas que hay en él. Para mí es mucho más trascendental el sometimiento, la rutina diaria, la convivencia diaria y el sentirme sometida a mi Amo las veinticuatro horas del día, incluso en las cosas más nimias y sin importancia, incluso aunque no haya sexo de por medio.

sábado, 12 de enero de 2013

Cesión




Mi Amo ha decidido cederme por tiempo indefinido que tanto puede ser de unos meses como un año o quién sabe cuánto. Pero no ha sido porque se haya cansado de mí o porque haya habido alguna desavenencia o contratiempo en nuestra relación, sino porque a mi Amo le han diagnosticado una grave enfermedad y entre ella y los efectos que le van a provocar los tratamientos que va a recibir no puede ocuparse de mi y debe dedicar todo su tiempo y todas sus energías a curarse de su dolencia.
En un principio pensó en devolverme la libertad y terminar la relación pero luego, después de una conversación que tuvimos pensó que era mejor cederme a un Ama que goza de toda su confianza y de la mía, a la que me someteré y serviré con total intensidad y dedicación y con la que ya vivo.
Mi Señor ha puesto algunas condiciones, que él sigue siendo mi Amo y que deberé ser devuelta en el mismo instante en que lo pida. Por lo demás, mi nueva Ama tiene todo el poder sobre mí sin ninguna otra restricción. A ella me someteré durante las veinticuatro horas del día y a ella serviré en todo lo que se me ordene con la misma dedicación que la que he tenido con mi Amo hasta ahora.
Quiero que todos sepáis que para mí esta cesión representa algo muy importante. Es verdad que voy a estar sin mi Amo durante un tiempo pero también lo es que él sigue siendo mi Amo, que puedo comunicarme con él y que será informado de mi esclavitud cada vez que mi nueva Ama o él mismo así lo decidan. Si mi relación con mi Dueño hubiese finalizado, que es lo que parecía en un principio que iba a suceder, no hubiera vuelto a practicar BDSM ni habría vuelto a tener otro Amo.
Sólo quiero pedir a quien tenga poder para ello, que se cure lo antes posible y sin ninguna secuela y que un día no muy lejano pueda volver a ponerme a sus pies y servirle aunque, aunque él sabe perfectamente, que siempre seré su esclava.
Es la explicación a las últimas entradas del blog.