miércoles, 20 de mayo de 2020

Diapers




No es fácil para mí hablar de los diapers y no es fácil porque no tengo experiencia sobre ellos. La única que tengo viene de haberlos usado por orden de un Amo al que estuve cedida. La primera vez como castigo, aunque es verdad que un castigo liviano. La segunda como una orden: llevarlos debajo de una falda, mojarlos y permanecer por ellos durante quince minutos a partir de ese momento.
Ninguna de las dos veces me gustó ni me produjo excitación o cualquier sensación que pudiese mejorar el concepto que tengo de su uso en BDSM.
Los diapers son pañales para adultos, pero con la forma de los pañales para los niños. Es decir, cuando los llevas es como si llevaras pañales de bebé o de niño muy pequeño. Por un lado, son grandes y es complicado disimularlos debajo de la ropa, ya sea una falda o un pantalón y por otro, el tejido que los conforma produce un ruido muy desagradable y perceptible.
Se les puede usar en muchas acciones. Para mí, la más importante es la de little/Daddy o infantilismo en el que el Dominante hace de papá o de mamá y el o la sumisa de niño o de niña.
Otra utilidad importante es usarlos como método de humillación y puedo asegurar que, al menos para mí, es terriblemente humillante. tener que ir al trabajo a hacer cualquier cosa y llevar un pañal con su tacto, su ruido y con posibilidad de ser notado por los demás, es tremendamente humillante. No digamos nada si a la orden de llevarlos se le une la de no poder ir al baño en toda la jornada laboral.
He leído que también se usan como bondage, pero de esto puedo hablar poco, porque no lo he experimentado.
En definitiva, una práctica de BDSM muy humillante, pero también bastante sucia, que no termina de convencerme, aunque ya se sabe, a una esclava no tiene porqué convencerle nada o, por decirlo mejor, lo que le guste o no a una esclava es totalmente indiferente.