sábado, 2 de marzo de 2024

Y la vida sigue

 Las cosas van mejorando. Mi Ama se encuentra mucho mejor, aunque mantiene alguna pequeña dificultad para andar, sobre todo, en la calle. En casa, anda por sí sola, sin aparatos, pero en la calle se ayuda de un bastón para sentirse más segura.

Por mi parte, sigo a su disposición. Hemos reanudado, con normalidad, las sesiones de adiestramiento y dominación. Por las mañanas, de lunes a viernes, sigo sirviendo en la casa a la que acudo esos días y por la tarde y noche, estoy a disposición de mi Dueña para lo que decida. Paso mucho tiempo en la mazmorra, a veces sin hacer nada, con lo que el tiempo se hace muy largo. Salvo excepciones, allí como y allí ceno, directamente con la boca de un cuenco en el suelo pues no dispongo de cubiertos, platos o vasos y tengo prohibido usar las manos, por lo que he de comer con la boca.

Usualmente, duermo en la mazmorra, sobre un colchón en el suelo, en el que me encuentro cómoda y a gusto. Algunas noches, mi Ama quiere que duerma en su dormitorio, en el suelo, a los pies de su cama y también sobre un colchón.

Y así, mi vida sigue con su normalidad, aunque es posible que pronto pueda producirse algo nuevo. Mi Ama está sopesando si ponerme, por ejemplo, una vez al mes, a pedir en la calle. Es algo que no ha decidido, pero que está ahí. También es algo que me da un poco de vergüenza, pero una orden que cumpliré sin rechistar.

Ya contaré cómo termina el asunto.