viernes, 1 de diciembre de 2023

La caída

Muchos de los lectores y seguidores de este blog habrán pensado  que lo he cancelado o cerrado pero, por el momento, no es así.

Es verdad que cada vez me cuesta más mantenerlo vivo y que cada vez es más difícil encontrar temas que no hayan sido tocados con anterioridad, pero intentaré seguir escribiendo en él, aunque sea de tarde en tarde. 

En este caso, el motivo del retraso en renovar las entradas ha sido otro, más lamentable e inesperado: mi Ama ha sufrido una caída accidental y se ha roto una cadera, con todo lo que ello conlleva. La tuvieron que operar e iniciar un proceso de rehabilitación con fisioterapia.

Por mi parte, me he quedado a cargo de todo, aunque también viene una señora que nos ayuda. Por las mañanas sigo yendo a la casa en la que sirvo. Mi Ama no quiere que lo deje. A partir de las horas del final del trabajo en la casa, me dedico a atender a mi Dueña, ocuparme de la casa, de la comida y a todos los trabajos a los que me da tiempo a atender.

Mi Ama va mejorando, anda con andador y se defiende para sus asuntos personales pero, naturalmente, nuestras actividades como Ama y esclava, las sesiones y todo eso, han quedado suspendidas hasta que la situación se normalice.

Quiero pedir disculpas a todos los que no he podido atender adecuadamente, escrito, respondido o mantenido cualquier tipo de actividad que me ha sido imposible. Espero poder reanudar todas mis actividades en un tiempo prudencial. Gracias a todos y mientras pueda, seguiré con el blog aunque solo sea para escribir algo de tarde en tarde.




 

En 

martes, 12 de septiembre de 2023

El regalo

Mi Ama me ha hecho un regalo. Me ha comprado una jaula que ha instalado en mi mazmorra y en ella he de permanecer todo el tiempo que ella diga y, en general, todo el tiempo ocioso. Ya hace unos años había tenido una, pero mi Dueña decidió quitarla. Ahora, ha decidido que tenga otra. Mide 1,5 metros de alto, 2 metros de largo y 1,5 metros de ancho. Puedo estar en ella tumbada, de rodillas, a cuatro patas y sentada en el suelo, pero no de pie porque no tiene altura suficiente.

En ella, deberé comer y dormir. Comer a cuatro patas, sin cubiertos, en un cuenco y en otro para beber, sin usar las manos, como le gusta a mi Ama que haga y como dicen que debo hacer.

También debo dormir en el suelo sobre una colchoneta y naturalmente la puerta tiene una llave, que mi Señora deja libre no vaya a ser que ocurra algo y no pueda escapar. Es una sensación muy especial la que se siente en su interior. Por una, la de sentirse como un animalillo al que hay que guardar en su jaula para que no esté por ahí; por otra, como la esclava que soy, cuya obligación es estar encerrada cuando no se la necesita.

He dado las gracias a mi Ama y ya llevo unos días viviendo en su interior aunque, salvo por las noches y las horas de comer paso poco tiempo en ella porque tengo muchas cosas que hacer. ahora, tengo completa mi mazmorra y voy a cuidar de con todo interés y dedicación.

  

miércoles, 19 de julio de 2023

Lo prometido es deuda

Como casi todos mis lectores saben, desde hace varios años, mi oficio es el de criada o, si se quiere, empleada doméstica. Trabajo limpiando en una casa a la que acudo de lunes a viernes de nueve de la mañana a dos de la tarde y donde realizo todo el trabajo doméstico, desde limpiar a planchar, ir a la compra y, en general, todo lo que se considera trabajo doméstico. Gano 220 euros a la semana, que entrego religiosamente a mi Ama, quien me devuelve una parte para mis gastos más puntuales. Es el único dinero del que dispongo, pues todo me lo compra mi Ama. No tengo tarjeta de crédito ni cuenta bancaria y la verdad es que no me hace falta. Como he contado alguna vez, durante unos meses he pasado consulta en un centro privado dos tardes a la semana, pero lo he perdido pues la persona a la que sustituía se ha reincorporado a su trabajo.

Es tanto el tiempo que llevo en el servicio doméstico que parece que no he hecho otra cosa en mi vida. Durante estos años he ido adoptando todos los  tics propios del oficio y he ido perdiendo la forma de ver la vida que tenía. Mis amigos también son distintos. Ya no comparto mi tiempo con los que tenía antes y, sin embargo, lo hago con otros, más acorde con el estrato social en el que vivo. En concreto, dos empleadas domésticas, dos albañiles que trabajan en una casa cercana a la que vivo, la dependienta de una frutería y el repartidor de un supermercado. He hecho con ellos una buena amistad y, aparte de vernos a diario, salgo con ellos un viernes cada quince días con permiso de mi Dueña. Por supuesto, ninguno sabe que estudié medicina (casi ni lo recuerdo yo) y todos me consideran una de ellos y así me tratan. Y es normal porque lo soy y seguramente lo seguiré siendo mucho tiempo. No me considero médico y no tengo ningún proyecto para volver a ejercer que no sea hacer unas oposiciones a la Seguridad Social, que cada vez veo más lejanas aunque no imposibles.

Pero soy feliz con mi estado, me encuentro bien y es lo que quiero hacer.

 Y ahora os desvelaré mi secreto porque lo prometido es deuda. En el grupo con el que salgo hay un chico al que le gusto y que a mí también me gusta. Hemos estado tonteando alguna que otra vez, pero no puedo ir más allá sin permiso y por eso, se lo comenté a mi Ama y le pedí permiso para dar un paso al frente. Creía que me iba a decir que no, pero, sorprendentemente, me dijo que su aprobación dependía de mi comportamiento y que si éste era perfecto, me autorizaría alguna cosa. Y en eso estamos.


miércoles, 21 de junio de 2023

La cuestión sexual

Una de las consecuencias más complicadas de una relación entre una esclava como yo y un Ama como la mía es la cuestión sexual.

Mi Ama es heterosexual y yo también lo soy, aunque en mi caso no tendría importancia porque debería aceptar las decisiones de mi Dueña y tener sexo cuando lo ordenase, pero siendo las dos heterosexuales, no existe relación entre nosotras. ¿Y qué es una relación BDSM sin sexo? Algo realmente extraño. Para solucionar el problema, mi Ama ideó un método algo extraño, pero perfectamente válido. Ha elegido a dos de sus amigos dominantes, un hombre y una mujer, para que sean mis parejas sexuales y ejercer así el tipo de sexo acorde con una relación como la nuestra. Otra cosa son las órdenes puntuales para tener sexo con quien ella ordene. Naturalmente, en su momento yo di el consentimiento cuando pactamos nuestra relación, porque si no podría considerarse a esta como una violación.

De esa forma, cuando mi Ama juzga oportuno que yo sea usada sexualmente llama a uno de sus amigos, según quiera un encuentro homo o heterosexual. No son solo estas dos personas las que tienen derecho a estar conmigo, sino que hay alguna más, aunque con carácter esporádico.

Y esta es mi sexualidad de esclava, el uso que se hace de mí en este aspecto de la relación. Las dos sabemos que no es lo ideal, pero es la mejor manera que mi Ama ha encontrado para hacer de mí una esclava sexual como lo son la inmensa mayoría de las esclavas del BDSM.

En una próxima entrada contaré otro tipo de relación que podría estar en ciernes, pero para eso tengo que mejorar mi comportamiento y merecerlo. Tengo que convencer a mi Ama y he de hacerlo con mis actos y con los hechos. Ya veremos si lo consigo. 

jueves, 25 de mayo de 2023

Privación sensorial

Por suerte para mí, hay una serie de Dominantes y de esclavos y esclavas que tienen la deferencia de mantener una correspondencia de mantener una correspondencia más o menos  asidua conmigo. Es, sin duda, un motivo para alegrarse y para estar contenta de que haya muchas personas que me siguen y a los que les estoy muy agradecida.

Uno de ellos, un Amo, me ha sugerido que haga una entrada sobre una de las prácticas más importantes, pero, quizá bastante desconocida del BDSM: la privación sensorial.

En años pasados, era una práctica habitual entre mi Ama y yo, ni diré que diaria pero sí muy frecuente. hoy en día y no sé por qué es menos habitual y sólo soy sometida a ella de tarde en tarde. Afortunadamente.

La privación sensorial es una práctica que me aterroriza, que me causa una sensación de malestar exagerada. Temo, sobre todo, la privación de la vista y la auditiva. Permanecer absolutamente a oscuras y absolutamente en silencio es algo difícilmente soportable y he llegado a sentir miedo durante su práctica. Se llega a perder la noción del tiempo y del espacio, sensaciones que aumentan considerablemente si se añade la privación táctil, algo no muy fácil de conseguir pero a lo que he sido sometida en diferentes ocasiones.

No conozco la privación del gusto y no me importa la del olfato, pero en su conjunto, ser privada de los sentidos ha llegado a ser para mí algo realmente angustioso y muy perturbador, algo que hace que me alegre de que mi Ama se haya olvidado un poco de ella y la haya sustituido, en parte, por otras, más dolorosas o más humillantes, pero no tan agobiantes, y por exagerar un poco, no tan terroríficas.

viernes, 10 de marzo de 2023

Esclavitud Vs. libertad

En esta entrada quiero escribir sobre un tema que puede resultar controvertido y sobre el que habrá criterios dispares. Voy a atreverme a expresar mi opinión, aunque sé que mucha gente lo hará de forma contraria, pero espero manifestar mis razones con claridad. Se trata del binomio esclavitud/libertad y la pregunta clave es si una esclava o un esclavo pueden ser y sentirse libres o deben renunciar a cualquier cota de libertad. Hablo siempre a la esclavitud dentro del BDSM y no en otros ámbitos muy diferentes.

Quiero decir que soy una esclava dentro del mundo del BDSM, que tengo un Ama, una Dueña a la que pertenezco y de quien soy propiedad y lo soy desde hace mucho años. Pues bien, he de decir que me siento libre, algo que sorprenderá a muchos. Libre porque libremente elegí escoger lo que soy, porque libremente elegí a mis diferentes Amos y Amas, libremente pacté las condiciones de mi esclavitud. Es obvio que no soy libre para hacer muchas cosas, pero sí lo soy para cambiarlas si quisiera hacerlo. Me siento realizada siendo la esclava de mi Ama y si bien no puedo dejar de serlo sin su consentimiento, ella me ha asegurado que en el mismo momento en que le diga que quiero abandonar seré libre para hacerlo.

Esas son mis razones.

Claro que no puedo ir al cine sin permiso, que soy castigada y azotada si desobedezco o por gusto, si no cumplo. Mi vida está guiada por otra persona, debo tener sexo con quien se me ordena, pero todo eso y lo que ocurre con el resto de mi vida es así porque yo lo he elegido libremente, aunque sé que muchos pensarán que lo que he hecho ha sido renunciar a la libertad. No lo creo. Hago lo que quiero hacer, vivo como quiero vivir, con el modo de vida que me gusta y me siento feliz.

Y vosotros ¿qué pensáis?

lunes, 16 de enero de 2023

Empleada del hogar

 Casi todo el mundo sabe que mi verdadera profesión es la de médico, pero desde hace unos años, mi oficio real es el de limpiadora o, si se quiere, empleada del hogar. Después de unos años de dedicación a la medicina, dejaron de renovarme el contrato interino que tenía y perdí el puesto de trabajo. Mi Ama aprovechó para cambiarme el oficio y darme otro más acorde con mi status de esclava.

Durante más de tres años he trabajado  de criada limpiando en una casa a la que voy todas las mañanas de 9 a 13,30, sirviendo a un matrimonio con tres hijos.

Es sorprendente cómo se acostumbra una a las circunstancias. Mi Ama me advirtió de que absolutamente nadie podía saber que mi oficio verdadero no era el de criada y todo el mundo debe creer y pensar que lo soy y que procedo de una familia humilde, sin estudios como yo misma, que no aspiro a nada.

Durante estos años, he perdido a mis amigos y amigas y los he ido cambiando por otros que ahora, son otras chicas de la limpieza, el frutero, el chico de los recados del súper, algún albañil y, en general, personas de ese rango. He llegado a hablar mal y a empeorar mi lenguaje, a hacer faltas de ortografía y a comportarme como una chica sin estudios ni cultura. Y todo ello, no porque haya querido hacerlo adrede, sino por el roce diario con otro tipo de personas, por el cambio radical en mi vida, por la actitud de todos los que me rodean desde que estoy en esta situación.

En el mundo que me rodea, todos me creen una criada, yo misma me lo creo por hablar así, y es que verdaderamente lo soy y si mi Ama así lo decide, lo seré toda la vida.

Recientemente, ha surgido la posibilidad de pasar consulta en un Centro privado dos tardes a la semana y mi Dueña ha tenido la generosidad de dejarme ocupar ese puesto aunque sigo con mi horario de criada.

Mi Ama me ha permitido que, si cuando se celebren oposiciones las saco, podré volver al hospital y dejar las labores de limpieza. A pesar de todo, debo decir que me he acostumbrado a ser una criada, que lo soy realmente y que lo he sido siempre, en mi forma de hacer las cosas, de pensar y de ver la vida y que es muy curioso cómo puede cambiar una persona por las circunstancias de esa misma vida.