miércoles, 23 de diciembre de 2015

Feliz Navidad




Mi esclava y yo queremos desear a todos nuestros seguidores, lectores y a todas las personas que comparten nuestra visión sobre este estilo de vida una Feliz Navidad y un magnífico Año Nuevo.

                                                 Amo Karl y esclava nunki

viernes, 27 de noviembre de 2015

Decálogo



Este es el decálogo por el que se rige mi esclavitud y mi sometimiento al Amo Karl, mi Dueño y Señor. Evidentemente, la relación es mucho más compleja, con un gran listado de normas y reglas, imagino que similares a las de cualquier otra relación. Pero en estos diez puntos se puede resumir lo que mi Amo me exige y lo que yo le ofrezco.

     1.Sometimiento total y absoluto a mi Amo, veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
     2.Disponibilidad total y permanente las 24 horas del día.
     3. Control absoluto de todas mis actividades, así como de mi vestuario, comidas y gastos.
     4. Control total de mi sexualidad.
     5. Obediencia ciega, sin excepciones ni excusas.
     6. Pérdida de cualquier derecho no establecido en los límites.
     7. Prohibición de cualquier intimidad, ya sea física o mental para con mi Dueño.
     8. Supresión de la facultad de decidir por mí misma.
     9. Respeto total a los límites establecidos.
    10.Se me concede el privilegio de ejercer libremente mi profesión en los horarios establecidos y el de relacionarme con mi familia.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Aclaración



Ayer recibí un mensaje de quien hasta hace un mes y medio ha sido mi Amo durante más de tres años en el que me mostraba su desacuerdo con lo que yo había escrito en mi anterior entrada acerca de las razones que le habían llevado a prescindir de mí y aceptar a una nueva esclava. Me decía que lo que yo exponía era falso y que esa falsedad le había dolido porque no la esperaba. Me indicaba que en ningún momento había prescindido de mí porque pensara que no podría deshacerse de su nueva esclava sino porque creía que dadas algunas de mis manifestaciones o comentarios, yo era más feliz y me sentía mejor en mi nueva situación.

Por el respeto que le tengo y por todo el tiempo que he pasado con él no tengo ningún derecho a desconfiar de él o a pensar que no me está diciendo la verdad y me está expresando sus verdaderos sentimientos. Siento muchísimo si le he hecho daño y me disculpo públicamente por ello.

Posiblemente todo ha sido un malentendido pero a mí nadie me ha preguntado qué es lo que prefería, dónde estaba más a gusto o que era lo que quería hacer. No quiero seguir con el tema porque no quiero que nadie se sienta herido, pero sin quiero exponer esto porque es justo que lo haga y porque por nada del mundo quisiera ofender, molestar o criticar a quien he estado sirviendo y dedicando mi vida al cien por cien durante tantos años.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Intercambio



Cuando habían transcurrido dos meses desde que nuestros Amos decidieron intercambiarnos entre ellos de manera temporal y cuando aún faltaban otros dos para terminar el mencionado intercambio, decidieron hacer las cesiones definitivas y permanentes, de modo que, desde ese momento, soy la esclava indefinida del Amo Karl.
Es verdad que nos preguntaron nuestra opinión, no qué pensábamos de cambiar de Amo de manera definitiva, sino si aceptábamos a nuestros nuevos Amos. Ambas dijimos que sí. Ella porque es una chica que se está introduciendo en el BDSM, que apenas había empezado con su Amo y que vio en el mío a la persona idónea para desarrollarse como esclava. Yo, porque soy una esclava 24/7 y no me sentía con derecho ni capacidad para dejar de cumplir algo que había decidido mi Amo.  Además, una cesión, incluso definitiva, es algo que no tenía limitado, ahora no sé si erróneamente, pero que mi Amo podía ejercer cuando quisiera.
En cualquier caso, no ha sido eso lo que más me ha impactado.
Desde el principio, mi Amo reconoció que se había equivocado en el intercambio pero que no podía volverse atrás porque yo iba a salir perdiendo si lo hacía. No dudo de que lo pensaría con toda sinceridad, pero lo que realmente creo que le llevó a tomar esa decisión es que se dio cuenta de que no podía deshacerse de esa nueva esclava que se había echado en sus brazos, a la que iba a adiestrar durante cuatro meses, porque no le pareció justo y porque le hubiese causado un gran perjuicio. Mi Amo opinaba que yo no quería volver con él, pero yo nunca he dicho eso, ni siquiera lo había pensado. Realmente, mi actitud era la de hacer lo que ellos acordaran.
Ha habido algo peor que me ha dolido bastante. Tengo la percepción de que mi Amo me hace culpable de no estar ahora con él. Y yo no tengo ninguna culpa. Tal vez no se dio cuenta de que el responsable era él, que es quien tomó la decisión y quien tenía la posibilidad de revocarla.
A partir de ahí, intercambiamos algunos correos pero pasados unos días, dejó de responder a los míos. Justo después de decirme que no teníamos nada que decirnos. Eso me ha dolido y me hace pensar que todavía me sigue considerando culpable.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Cesión




Hace un par de semanas mi Amo decidió, conjuntamente con otro Amo, realizar un intercambio temporal de esclavas, de modo que yo he pasado a ser la esclava del Amo Karl y su esclava se someterá, a partir de ahora, a mi Amo. Durante el tiempo que dure el intercambio mi Amo cede todos sus derechos sobre mí, de forma que mi nuevo Amo se ha convertido en mi único y exclusivo propietario, con todo lo que eso lleva consigo.
En las condiciones que, en su día, consensué con mi Amo no figuraba ninguna que prohibiera mi cesión, ni yo veté o puse como límite tal posibilidad. La cesión es un derecho del Amo que no me gusta por muchas razones, pero que no podía limitar si quiero ser una esclava 24/7 y la clase de esclava que soy.
Tampoco me alarmé demasiado porque mi nuevo Amo es una persona a la que ya conocía y había tratado previamente y que me ofrecía todas las garantías posibles, pero sí es cierto que ese intercambio no me sentó nada bien, sobre todo porque nadie me dijo nada hasta el mismo momento  de su ejecución, ni siquiera  para que pudiera adaptarme al cambio, aunque sólo fuera mentalmente. Pero lo acaté porque era mi obligación.
El mayor problema ha surgido después. He sabido que mi anterior Amo se ha arrepentido del intercambio y se ha convencido, no sé muy bien por qué, de que no voy a volver con él cuando termine la cesión. En realidad, no sé qué pasará cuando eso ocurra a finales de año, pero cuando él dice que no voy a volver está expresando una opinión personal, una posibilidad. Estoy segura de que tiene sus razones para hacerlo, pero lo que no me parece justo es que se me culpe de que el intercambio pueda convertirse en definitivo. Cuando termine, haré lo que se me mande hacer, que será lo que acuerden entre ellos.
Creo que la razón por la que quien hasta ahora ha sido mi Amo ha expresado esa convicción es otra, en la que yo no tengo nada que ver, pero que es muy razonable, más conociendo la seriedad, el sentido de la justicia y el pensamiento de quien ha sido mi Amo durante tanto tiempo. No voy a decir esa razón pero estoy segura de que muchos se la imaginarán y además es la misma razón que esgrime mi actual Amo para pensar de la misma forma.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Una pregunta



Hoy quiero hacerme una pregunta a mí misma, una reflexión que me permita llegar a la respuesta que desearía tener. Sé que puede parecer muy simple y, tal vez, muchas personas piensen  que es algo que sólo puede preguntarse una recién llegada a este mundo. Pero, si se piensa bien, se puede llegar a la conclusión de que no lo es tanto.
Todos sabemos que el BDSM es una forma de vida  o una afición que, de forma obligatoria ha de ser sana, segura y consensuada. Mi pregunta tiene que ver con este último punto.
Estoy segura de que todos hemos consensuado con nuestros Dominantes o con nuestros dominados, nuestra relación. Pero, ¿qué pasaría si en un momento dado de la relación, algo que ha sido consensuado y admitido por ambas partes, es rechazado por la esclava? ¿Tiene la esclava la obligación de respetar ese primer acuerdo y no puede volverse atrás o tiene el Amo la de respetar la nueva opinión de la esclava y no volver a practicar algo que se estaba llevando a efecto hasta entonces?
Un ejemplo muy simple: Si una esclava ha admitido ser azotada con un látigo o tener que servir el desayuno a su Amo cada día ¿puede volverse atrás y limitar o anular esa práctica?
Supongo que para muchos y dicho de esa forma, la respuesta es obvia, pero si se reflexiona un poco, también puede pensarse de otra forma. Si los límites pueden cambiarse continuamente, nunca se llegará a una relación consolidada y tampoco habrá seguridad sobre lo que está consensuado y sobre lo que no. El Amo tendrá muchas dificultades para adiestrar a su esclava. Pero por otro lado, puede ocurrir que no se desee seguir haciendo lo que hasta ese momento era normal. Y ahí entra mi pregunta.

martes, 11 de agosto de 2015

Vacaciones



Mi Amo me ha dado permiso para hacer un viaje durante este mes de vacaciones. Sólo será una semana, tampoco puedo permitirme mucho más, pero tiempo suficiente para tomarme un respiro, poder decidir por mí misma en todo lo referente al viaje, la ropa a usar, las comidas, los horarios y todas esas pequeñas cosas que, usualmente, están controladas por mi Dueño.
Pero, naturalmente, mi libertad no será total y deberé guardar una serie de normas y cumplir una serie de reglas que mi Amo me ha detallado claramente. Además de eso, deberé mantener un contacto directo con él, al menos una vez al día y no hacer cosas que tengo expresamente prohibidas.
Voy a ir a Polonia, a Varsovia y a Cracovia. Lo hago, por un lado, porque Polonia es uno de los países de Europa que aún no he visitado y por otro, porque me lo han recomendado con mucho interés, diciéndome que son ciudades muy bellas.
Realmente, estoy deseando que llegue la próxima semana.

domingo, 28 de junio de 2015

Tengo dependencia de mi Amo




Hace unos días, mi Amo tuvo la oportunidad de tomarse una semana de vacaciones y decidió pasar esos días haciendo una de las cosas que más le gustan; navegar en un velero acompañado de varios amigos. En esta ocasión lo está haciendo por algún lugar de las islas griegas, zona que ya ha visitado en alguna otra ocasión.
Nunca creí que pudiera pasarme, pero le estoy echando de menos con mucha mayor intensidad que otras veces. Como la mayor parte del tiempo está navegando y cuando no lo hace, se refugia en pequeños pueblos, es prácticamente imposible mantener contacto por Internet o por cualquier otro medio. Tal vez sea esa una de las razones de esa sensación de soledad o de dependencia que me embarga.
Por supuesto, sigo haciendo mi vida, voy a trabajar todos los días y cumplo todas las normas y reglas que me dejó dispuestas para estos días pero, es posible que por primera vez desde que estoy a su servicio, siento una dependencia muy acusada. Exagerando un poco diré que soy incapaz de decidir por mí misma en asuntos tan triviales como la ropa que he de ponerme o los horarios que debo guardar.
Creo que esa sensación que pudiéramos llamar de soledad es buena y señal inequívoca de que mi entrega como esclava es profunda y sincera. También es señal de que mi Amo es muy importante actualmente en mi vida, que es quien cuida de mí y quien hace que me sienta bien conmigo misma
Me gustaría mucho que lo estuviera pasando fenomenal, que disfrutara del barco, del mar, de las comidas y de los amigos. Pero sin querer parecer egoísta, he de admitir que estoy deseando que vuelva.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Retirada de privilegios.







En estas últimas semanas, mi Amo ha cambiado la filosofía o el concepto de algunas de las reglas que tenía establecidas.
Me refiero a dos de los privilegios que mi Señor me tenía concedidos y que ha decidido retirarme, en concreto, el privilegio de poder trabajar libremente y el privilegio de poder ir a ver a mi familia.
El hecho de retirarlos no quiere decir que no pueda hacer una cosa u otra, sino que, a partir de ahora, el significado es distinto.
El poder trabajar libremente en mi profesión deja de ser un privilegio, del que venía disfrutando desde el comienzo de la relación, y se transforma en una obligación. Mi Amo me obliga a trabajar, con lo que yo no podría dejar ese trabajo sin su permiso, para optar a otro por ejemplo. O también necesitaría su permiso en caso de enfermedad o vacaciones. Es una obligación más de las que tengo como esclava. En la práctica, voy a seguir trabajando igual que antes pero mentalmente me produce una sensación de sometimiento y de dependencia mucho mayor.
En el caso de las visitas a mi familia, no sólo no podré hacerlas libremente, cosa que ya no hacía, sino que tampoco podré pedirle permiso para hacerlo, como hasta ahora. Será Él quien me dirá cuando puedo ir  o cuando debo ir.
En ambos casos se trata de una diferencia sutil que, en la práctica, va a producir pocas novedades, pero como dije antes, mi sensación de dependencia y de falta de poder decisorio y, en definitiva, de libertad, es mucho mayor.
En definitiva, un paso más en mi total sometimiento y sumisión.

miércoles, 15 de abril de 2015

Libertad



El sábado pasado mi Amo me concedió un día de total y absoluta libertad. Sin ninguna restricción. Pude ir vestida como quise, pude salir a donde me pareció conveniente, ver a mis amigos, ir de compras, gastar el dinero que quisiera, pasear, ir al cine, de copas e, incluso, tener sexo si así lo deseaba.
Ha sido la primera vez que he disfrutado de un día así, de entera libertad, desde que comenzó la relación con mi Amo.
Lo pensé con detenimiento. Hice planes, llamé a amigas y a amigos, quedé para ir de compras por la mañana, comer en restaurantes, pasear y, por la noche, salir a cenar y a tomar unas copas con unos amigos. Un día nuevo y, en cierto modo, un día genial.
La verdad es que lo pasé muy bien y disfruté de momentos y de cosas de las que no suelo tener oportunidad de disfrutar. Pero no puedo dejar de admitir que me sentí extraña. Posiblemente es el tiempo que llevo en una relación intensa en la que los dos damos todo de nuestra parte, o que no estoy acostumbrada a decidir por mí misma o que he perdido el hábito de realizar ciertos cometidos. Tal vez es más cómodo dejarse llevar, por supuesto cuando es por propia decisión. No quiero decir que no fuera un día extraordinario. No quiero decir que no tenga muchas ganas de que se repita, algo que parece bastante improbable, pero sí que me sentí extraña, como si no fuera yo, como si estuviera en un mundo que no es el mío, como si fuese la excepción. Y me pregunto si de verdad habré cambiado tanto.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Sentimiento




       Él dijo: Ven, tesoro, dame un beso. Y yo creí que me estaba                                                 hablando a mí.

lunes, 9 de marzo de 2015

viernes, 20 de febrero de 2015

24/7





Cuando he tenido la oportunidad de hablar con algunos Dominantes y, sobre todo, con sumisas, es frecuente que se muestren sorprendidos al decirles que mantengo una relación 24/7, en la que estoy permanentemente a disposición de mi Dueño. A veces, al oír sus comentarios o sus respuestas, me da la impresión de que piensan que en una relación 24/7 hay que permanecer las veinticuatro horas del día en una mazmorra. Y no es eso.
Es totalmente cierto que debo pedir permiso para cualquier cosa que quiera hacer, que carezco de intimidad y de poder de decisión y que no tengo otros derechos que los que he consensuado con mi Amo y éste me ha concedido, pero también es verdad que todas las mañanas salgo a trabajar libremente, que realizo mis guardias sin problemas, que dispongo de dinero, aunque no libertad para gastarlo en cosas superfluas y que puedo realizar actividades semejantes a las de cualquier otra persona, si bien, desde luego, previa autorización.
Tener una relación 24/7 es duro y complicado pero, en lo que respecta a mí, enormemente gratificante y un estilo de vida con el que me siento identificada. Claro que hay algo primordial, que es indispensable valorar y tener en cuenta y que no es otra cosa que la aptitud como Dominante y la actitud como persona del Amo que te toque en suerte.

miércoles, 21 de enero de 2015

Estoy eufórica






Hace unos días he regresado a mi mazmorra con mi Amo para proseguir nuestra relación después de varias semanas de enfermedad y, posteriormente, de convalecencia.
Y la verdad es que estoy muy contenta y deseando volver a servir a mi Amo como él se merece. Antes, también, quiero darle las gracias por la paciencia que ha tenido durante mi ausencia, por su ánimo constante y por sus deseos hacia mí.
Mi Señor ha decidido incrementar sus controles sobre mí y endurecer mi adiestramiento dentro de las normas que ambos hemos respetado desde el primer día.
En ese sentido, me gustaría señalar las reglas por las que se rige nuestra relación y mi sometimiento. No presento un documento extenso ni lo que se viene llamando un contrato sino las reglas esquemáticas a las que estoy sometida y que son, casi telegráficamente, estas:


     Carencia de cualquier derecho, que quedan reducidos a privilegios como el de poder trabajar libremente y el de relacionarme con la familia
     Carencia de toda intimidad, tanto física como mental
     Carencia de toda privacidad
     Carencia de todo poder de decisión. Mi Amo decidirá por mí y tendré que pedir autorización para cualquier cosa.
     Control total sobre mi sexualidad
     Control total sobre mis gastos.
     Control total sobre vestuario, comidas, etc.
     Control sobre mi cuerpo y mi mente.

     Obligación de obedecer cualquier orden siempre que no contravenga algún límite.