domingo, 23 de diciembre de 2018

Feliz Navidad










Me gustaría desearos a todos una Feliz Navidad y un gran año 2019. En primer lugar, por supuesto, a mi Ama, mi principal valedora y la persona que más se preocupa por mí. También a todos mis anteriores Amos, a los que siempre recuerdo y con los que pasé grandes momentos de mi vida. Muy especialmente, a mis lectores, sin los que no sería posible este blog. A todos los que han decidido escribirme y mantener conmigo una correspondencia que es sumamente enriquecedora para mí. A los seguidores de este blog, de los que me siento orgullosa y a todos los que, de alguna manera, se han relacionado conmigo en este mundo del BDSM. A todos ellos, muchas felicidades y muchas gracias.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Cumplimiento de la subasta




Hace dos domingos cumplí la orden que había recibido al participar en una subasta de Amos y pasé el día con mi Amo circunstancial, desde las siete de la mañana hasta las siete de la mañana del lunes.
En alguna ocasión, ya había pasado por una experiencia similar, aunque esas veces había sido tras una subasta de esclavas, en la que los Amos habían sido los que habían escogido su "mercancía". En esta ocasión, había sido diferente y habíamos sido un grupo de varias esclavas y esclavos los que habíamos pujado por el Amo o Ama con el que queríamos compartir ese domingo, tal como conté en mi anterior entrada.
El Amo es un hombre de unos cuarenta años, culto y de apariencia agradable al que ya conocía de anteriores reuniones, dueño de una esclava con la que ya lleva bastantes años, es decir, un Amo experimentado y, en mi opinión, el mejor de los que se presentaban a la subasta. Vive en una casa en las afueras de la ciudad, en una urbanización muy bonita y allí pasé ese domingo. No salimos de la casa en las veinticuatro horas y hubo, a lo largo del día, varias sesiones de las llamadas de adiestramiento. En ese sentido, fui azotada, con gato, con vara y, también, con una correa y fui sometida a otras actividades propias del BDSM, alguna de las cuales, bastante intensas, como el potro y alguna otra. También celebramos juntos las comidas pertinentes, sobre todo la cena, para la que me tuve que vestir de manera especial (pasé casi todo el día desnuda) y asistir a una cena por todo lo alto, los dos solos y a una velada tranquila y muy agradable. Hubo más cosas, claro y debo admitir que, en general, fue un día duro y comprometido, humillante en el que estuve sometida a sus órdenes y deseos. Por supuesto, también hubo sexo, diferentes momentos eróticos, pero esos, tal vez los cuente otro día.
Por la mañana, me levanté, me duché y me fui a trabajar. Ayer, mi Ama me llamó para decirme que ese Amo estaba al teléfono y quería hablar conmigo. Me puse, me dijo lo que quería decirme y me hizo una pregunta, pero yo soy una esclava y no puedo dar ciertas respuestas.

martes, 20 de noviembre de 2018

Una subasta



              El pasado domingo participé, como esclava,  en una práctica totalmente nueva para mí a pesar de los años que llevo en el mundo BDSM. Me estoy refiriendo a la práctica de una subasta. Ya sé que habrá personas que pensarán que vaya tontería que estoy diciendo, que la subasta de esclavas es algo relativamente frecuente en el estilo de vida en el que estoy inmersa. Pero, en este caso, fue algo diferente.
En la casa que comparto con mi Ama, nos reunimos cinco Amos y cinco esclavas, en concreto, tres Amos y dos Amas y tres esclavas y dos esclavos. Habían decidido (los Amos, por supuesto), que se iba a celebrar una subasta, pero que, a diferencia de lo habitual, no iba a ser una subasta de esclavos, sino una subasta de Amos, es decir, que cada esclava y cada esclavo iban a pujar por un Amo. El premio sería que cada esclavo/a pasará el próximo domingo sometido/a al Amo/a que haya elegido.
He de decir que, enseguida, me decidí por el Amo por el que iba a pujar con más interés, uno al que conocía desde hacía un tiempo y que es Dueño de una esclava a la que también conozco. Tuve suerte de que otra de las chicas que también estaban pujando por él, se dio cuenta de cuáles eran mis intenciones y me dejó ganas esa parte de la subasta.
Una pregunta curiosa sería intentar saber por qué me decidí por esa persona y no por otra de las que había allí. No lo sé, con seguridad, me cae bien, es buena persona, me impone mucho respeto y sumisión, es agradable y está de buen ver.
El próximo domingo lo pasaré en su mazmorra sometida a él, desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la mañana del lunes. No sé lo que pasará, pero me lo imagino y espero no llevarme una decepción. Seguro que el que lea el blog la próxima semana sabrá si la he sufrido o no.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Un regalo de mi Ama




Esta semana, mi Ama me ha hecho un regalo. Me ha comprado un collar nuevo. Pero no es un collar como otro cualquiera, es un collar eléctrico. Mirado una vez puesto en su sitio, es un collar normal como cualquier otro, pero si se mira por dentro, se ve que tiene una especie de chip o como diablos se llame. Cuando cometo algún error, cuando no obedezco o no oigo sus instrucciones o tardo en responder, mi Ama aprieta el botón de su mando y yo siento una descarga eléctrica en el cuello. Por supuesto, es una descarga pequeña e inofensiva, pero suficiente para que dé un bote y me lleve un susto de muerte.
Me han dicho que esos collares fueron ideados para los perros, para cuando se despistaban o cuando se les quería llamar la atención, pero ahora yo llevo uno de ellos, no de perra exactamente, que también, sino de esclava.
Sin embargo, para mí, lo más importante de ese collar no es para lo que realmente sirve ni lo que supone la descarga en sí, sino el grado de sometimiento que provoca, la sensación de estar permanentemente vigilada y controlada y el absoluto grado de falta de libertad.
Quiero dar las gracias públicamente a mi Ama por el regalo que me ha hecho.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Vacaciones



Este año, mi Ama y yo no hemos podido disfrutar de nuestras vacaciones al mismo tiempo. Ella lo ha hecho durante el mes de agosto y yo, en este mes de septiembre. Buena parte de agosto, lo he pasado al cuidado de otro Amo, alguien a quien conozco bastante bien. Ha sido una experiencia muy positiva y gratificante. Cada Amo tiene una forma de dominar y someter a su esclava y la experiencia de vivir nuevas formas de sometimiento y de sumisión son, generalmente, muy enriquecedoras. Hay prácticas, órdenes y deseos que no son habituales en mi relación y que han pasado a formar parte de mi cultura y de mi experiencia. Además, ese Amo y yo habíamos vivido, en el pasado, una situación embarazosa y desagradable, nos habíamos distanciado mucho y pasar esas semanas a su servicio ha servido para aclarar malentendidos y para poder poner las cosas en el sitio en el que deberían haber estado siempre. Desde aquí, quiero darle las gracias por su interés en mi doma, por su comprensión y por su actitud.
Ahora, estoy de vacaciones. No de vacaciones como esclava, pero sí de vacaciones en el trabajo. Mi Ama me ha dado permiso para pasar un tiempo con mi familia y viajo con ellos. Por supuesto, eso no quiere decir que pueda abandonar mis obligaciones y que no deba estar en contacto permanente con ella, aunque sea a distancia. Pero, aun así, se me hace extraordinariamente extraño haber abandonado, siquiera durante unos días, mi rutina de esclava, el día a día de mi servicio a mi Dueña. Me alegro mucho de poder pasar estos días con los míos en un viaje muy bonito, pero no puedo negar que echo de menos a mi Señora y a mi vida rutinaria.
Pronto, todo volverá a la normalidad, regresaré a casa, al trabajo y a mi rutina de esclava y quedará en el recuerdo todo lo sucedido este verano, que ha sido mucho y muy interesante. Espero que estas vacaciones hayan estado repletas de alegría y felicidad para todos.

viernes, 17 de agosto de 2018

Un sorprendente cambio




Hace un año, por estas fechas, estaba decidida a abandonar el BDSM y regresar a mi vida anterior, esa que podríamos llamar vainilla o, si se quiere apurar el término, normal, entendiendo por normal lo que hace la mayoría de la gente. Me encontraba aburrida,  hastiada, cansada de llevar un estilo de vida que ya no se parecía a aquel que había compartido durante los últimos años. Necesitaba vivir otras experiencias, volver a disfrutar con la libertad personal y poder elegir salir a dar un paseo cuando me pareciese oportuno, ir al cine, comer en un restaurante o mantener una relación de pareja. Se lo conté a mi Ama y no me puso objeción. Solo me dijo que lo meditara durante quince días y si al final seguía pensando lo mismo, no me pondría ningún inconveniente en darme la libertad.
Hoy, un año después, vuelvo a sentirme feliz en el BDSM. Medité durante esos días y decidí darle al BDSM una nueva oportunidad.
¿Y qué es lo que ha sucedido para hacerme cambiar de opinión tan drásticamente?. Sin duda alguna, la acción de mi Ama. Durante este año me ha llevado a situaciones a las que nunca habría llegado, a hacerme sentir cosas que jamás habría sentido, a profundizar en la relación hasta límites insospechados, a hacerme sentir que ser la esclava de mi Ama es lo mejor que me ha sucedido y que esta vida es la que quiero seguir llevando.
¿Dominación mental? No sé, es posible. ¿Cuidados, cariño, protección? Sin duda. Hemos pasado de un contrato con innumerables cláusulas a otro que no tiene más de media docena de ellas. Y me siento feliz, me siento libre porque hago lo que quiero hacer, porque no me falta nada, porque soy feliz.
Desde aquí, deseo hacer a mi Ama un modesto tributo de respeto y sumisión y asegurarle mi lealtad, mi sometimiento y mi obediencia.

domingo, 22 de julio de 2018

Orientación sexual




En los últimos días, dos Amos seguidores de este blog me han preguntado por mi orientación sexual. Evidentemente, les he respondido de forma privada, pero ello me ha dado pie para querer explicar en esta entrada cuál es mi orientación sexual, y en lo posible, por qué es esa mi orientación. Dicho todo con total sinceridad.
Personalmente, he de decir que soy heterosexual y que siempre me he sentido así aunque, a continuación debo añadir que también he estado con chicas y en ese sentido, algunos podrían considerar que soy bisexual. En cierto sentido puedo llegar a admitirlo.
Hasta que entré en este estilo de vida y durante mucho tiempo después todas mis relaciones sexuales fueron hetero y plenamente satisfactorias. Pero todos sabemos que en el mundo del BDSM, la sexualidad de la esclava está controlada por el Amo y un día, uno de mis Amos me requirió para mantener una relación homosexual con una chica, esclava de otro Amo. Me sentí mal y me horrorizó la idea, pero fui consciente de que no podía desobedecerla pues, de hacerlo, ahí habría acabado mi vida como esclava. Así que la tuve y, para mi sorpresa, no resultó tan catastrófica ni desagradable como había imaginado. Al contrario, resultó agradable y hasta placentera. A partir de ahí, he tenido varias relaciones con chicas y debo decir que he llegado a considerarlas casi tan normales como las que he tenido con chicos. 
La pregunta es si hubiera mantenido relaciones lésbicas si no hubiera estado dentro del mundo del BDSM y, si quiero ser sincera, la respuesta es que no, respuesta que considero idéntica a la que daría si se me preguntase si me opondría a mantener una relación lésbica si alguna vez acabara mi vida de esclava y volviera al mundo vainilla.
Esa es la situación. A partir de ahí cualquiera puede tener una opinión y, seguramente, acertaría. Las cosas no son blancas y negras, sino que admiten muchos matices, todos los que he expuesto en esta breve entrada.

miércoles, 27 de junio de 2018

Jefa de cuadra



¿Qué sucede cuando un Amo o un Ama pone a su esclava a mandar?

Supongamos que un Dominante tiene varias esclavas o esclavos y que elige a alguno de ellos para que, en su ausencia o cuando él o ella dispongan, vigile, controle y, en definitiva, mande sobre el resto de lo que vulgarmente se llama la cuadra. Por decirlo de una forma gráfica, como si uno de ellos fuese el capataz o el encargado del grupo o, según algunos, el jefe de cuadra.
Sé que hay esclavas que serían incapaces de hacerlo. Por regla general, las esclavas son personas sumisas que, difícilmente, se impondrían a otras. Hay excepciones, por supuesto, pero la mayor parte de las esclavas serían incapaces de erigirse en una especie de esclavas de segunda clase. Me parece que no funcionaría. No solo por la condición de la esclava, sino porque las demás no se someterían a ella con la intensidad o con el grado con el que se someten a sus propios Amos. Lo malo de eso es que la esclava no tiene otra opción que obedecer a su Dominante.

martes, 8 de mayo de 2018

Humillación como causa de sometimiento



No hay nada que me someta tanto como la humillación. Ni los azotes, por fuertes y desagradables que sean, ni las cadenas ni ninguna otra de las muchas prácticas que son propias del BDSM me someten tanto como la humillación. El hecho de que mi Ama me ponga en mi sitio y corte de raíz cualquier veleidad por mi parte, haciéndome ver que no soy más que su perra y que no tengo derecho a nada, me pone inmediatamente en mi sitio y aleja de mí la más mínima tentación de rebeldía. El hecho de que saque a la luz mis defectos, mi inutilidad o mi condición de esclava, que me ponga en evidencia ante otras personas o mi situación como ser inferior es suficiente para que me muestre sumisa y entregada sin condiciones, cosa que es mucho más difícil de lograr por otros medios. No importa que, al rato, o en cualquier otro momento, esté bromeando conmigo, nos estemos riendo juntas o me esté confiando algún secreto porque, si algo sé, es que para mi Ama soy el ser más importante del mundo.
Lo mismo ocurre, aunque no sea de una forma tan intensa, con la humillación física. Ejercer el rol de perra, andando a cuatro patas, cogida al cuello por una correa o ser azotada estando boca abajo sobre su regazo mientras ella me palmea con la mano, por poner dos ejemplos significativos es algo extraordinariamente humillante para mí, que también tiene el efecto de someterme profundamente, más aún si hay gente presente.
No me estoy refiriendo al hecho de insultar por insultar, como he visto en algunos Amos. Eso es algo que nunca he comprendido que ni me somete ni me parece bien, sino el hecho de ponerse en su sitio, de hacerme ver que ella es mi Dueña y que no hay otra alternativa y por tanto, ponerme a mí en el mío. No descarto el insulto pero más que eso es la certeza de tener que reconocer que ella es mi Dueña, que otros Amos están por encima de mí y que yo no soy más que una esclava, cuya única utilidad es servir a su Ama y satisfacerla.. No sé si a otras esclavas o esclavos les ocurre lo mismo.

domingo, 1 de abril de 2018

Aclaración a mi entrada sobre aislamiento



Después de la última entrada que he publicado en el blog acerca del aislamiento al que se ve sometida una esclava, según mi punto de vista, he recibido algunos comentarios y también algunos correos en mi cuenta personal, manifestándome las diferentes opiniones y puntos de vista acerca de lo que escribí.
Sin duda, ha sido culpa mía al no haber sabido expresar lo que, realmente, quería decir y por eso, me he decidido a publicar esta otra entrada un poco aclaratoria y explicitaría de cómo veo yo la realidad acerca de este tema.
Lo primero que habría que tener en cuenta, según mi punto de vista, es el tipo de relación que se tiene. Es evidente que en una relación en que ambas partes son pareja o aquella otra que se limita a ejercer una dominación en encuentros sexuales puntuales, la libertad de la esclava es casi total el resto del tiempo y puede hacer lo que denominaríamos, entre comillas, una vida normal. Reunirse con sus amigos, su familia, salir, entrar o hacer lo que le parezca bien. Ahí no hay aislamiento ninguno. Lo mismo sucede en las relaciones que se limitan a sesiones más o menos frecuentes y en las que la libertad de ambas partes es total o casi total, fuera de esas sesiones.
Pero en las relaciones 24/7 las cosas son diferentes y no quiero ni mencionar en las llamadas Total Power Exchange, en las que una vez aceptada la pertenencia a un Amo, la esclava no tiene ya ni voz ni voto para nada.
Yo mantengo una relación 24/7, es decir, que soy esclava de mi Ama, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Evidentemente, antes de empezar, habíamos consensuado las normas y los términos de la relación, lo que se puede y lo que no se puede hacer, pero lo que no se puede modificar porque es la esencia de la relación, es que es una relación permanente en el tiempo, sin que haya momentos en que no existe relación.
Es evidente que unos podrán estar de acuerdo con este tipo de relación y otros no, que a algunos les parecerá bien y a otros una aberración, pero eso ya es otro tema.
Lo que el otro día quería decir era que, en este tipo de relación, la libertad se ve muy mermada. Por supuesto, todas las mañanas voy libremente a mi trabajo, me relaciono con mis compañeros y no tengo ninguna objeción para hacer lo que deba hacer, salvo alguna llamada de mi Ama con alguna orden puntual.
Pero cuando termina el trabajo, vuelvo a casa con mi Ama y ahí ya las cosas son diferentes. no puedo hacer lo que quiero. No puedo negarme a tener una sesión, a hacer un trabajo doméstico, a atender alguna visita o a hacer lo que se me ordene, incluyendo no hacer nada. Y eso es lo que, aunque no te des cuenta te va aislando. Porque cuando a un amigo le dices que no puedes salir y se lo dices varias veces, deja de llamarte, o cuando no puedo ir a reuniones o a fiestas o, simplemente, al cine. Claro, esto no es total porque es frecuente que el Ama me dé el permiso que le pido, porque tengo derecho a ver a mi familia una vez a la semana y porque tengo nuevas amistades, ahora ya dentro del mundo BDSM. Mis nuevas amistades son esclavas y esclavos o Amas y Amos pero resulta que buena parte de tu vida se desarrolla en un círculo cerrado y eso lleva, inexorablemente, a un cierto aislamiento, que es al que me refería el otro día. Te ves apartada de lo que ha sido tu vida y vas entrando en un círculo mucho más cerrado y exclusivo.
Sé que este tipo de vida puede no gustar a mucha gente y lo respeto profundamente. Sé que no todo el mundo está preparado para ese tipo de vida, pero conozco a muchas parejas que son felices con su práctica y en cualquier caso, está el respeto para las opiniones de los demás.
Espero haber aclarado el concepto de aislamiento al que me refería en mi anterior entrada.


domingo, 18 de marzo de 2018

Aislada




Hoy me gustaría compartir con todos una reflexión que lleva tiempo en mi cabeza, pero a la que ya quiero darle salida para comprobar si es algo que solo me pasa a mí o, por el contrario, es algo generalizado como realmente pienso.
Se trata de lo que podríamos llamar el aislamiento de la esclava, algo que también se podría escribir para el esclavo.
En el caso del Amo/a es distinto. Tiene a su esclava con la profundidad en la relación y con la intensidad que hayan pactado, pero no se ve aislado en su vida, porque sigue gozando de todas las prerrogativas de la vida: Tiene su círculo de amistades, sus conocidos, sus diversiones, su libertad para pasear, para comprar, para conocer gente y todo lo que conforma la vida de cualquier persona que no esté dentro del mundo de BDSM.
En el caso de una esclava (o en el de un esclavo), la situación es totalmente diferente. Hablaré de mí. El círculo de mi vida es cada vez más estrecho y eso que tengo la suerte de poder trabajar en mi profesión, lo que no es poco. Pero el resto de mi vida se ha ido aislando de todo y de todos, hasta el punto de que mi única relación fuera del BDSM es la que mantengo, semanalmente, con mi familia. En el resto, no tengo amigos, ni vida propia, ni sitios adonde ir ni posibilidad de escoger o de conocer a alguien fuera de la relación, de hacer amigos, ni pertenecer  a grupos con los que compartir mi tiempo. y así, ha llegado un momento en el que estoy aislada del mundo y en el que mi vida se ha visto reducida a mi trabajo y a mi esclavitud. No es una queja, ya sé que me puedo salir cuando quiera, pero es una reflexión que quería hacer y que no sé si compartís conmigo.

domingo, 4 de febrero de 2018

Contrato



En pasadas entradas hice mención del contrato que mi Ama y su esclava han consensuado y por el que se rige su relación desde la fecha del acuerdo. Es un contrato nuevo al que existía con anterioridad, más rígido y creo que más generalista. Hoy deseo darlo a conocer tras pedirle permiso a mi Señora, permiso que me ha sido concedido. Este es:


      CONTRATO PARA UNA NUEVA RELACION DE BDSM

 Hoy, 10 de noviembre de 2017, el Ama Luna y la esclava nunki han consensuado los términos de una nueva relación BDSM, que se ajustará a las siguientes disposiciones:
         
         1.     La esclava nunki, de ahora en adelante esclava zaida, se convierte en la            esclava personal del Ama Luna, a la que dedicará su vida y a la que servirá, satisfacerá, obedecerá y se someterá de manera total y absoluta, las veinticuatro horas del día, todos los días del año y durante el resto de su vida. Durante el primer mes de esta relación, la esclava podrá dejarla libremente. Pasado ese mes, no podrá abandonarla nunca si no es con el permiso de su Ama y tras solicitarle a esta su libertad, por motivo justificado. La decisión final del Ama es inapelable.

2.     La esclava carecerá de cualquier derecho que como persona libre pudiera corresponderle y, especialmente, el de poder decidir nada sobre su propia vida, el tener cualquier clase de intimidad pública o privada, así como la de ejercer cualquier clase de iniciativa.

3.     La esclava estará obligada a realizar todos los trabajos domésticos o de cualquier índole que se le ordene y a trabajar en su profesión para su manutención y para la aportación que deberá hacer a los gastos comunes.

4.     La esclava carece de cualquier bien o posesión que tenga hasta ahora o pueda tener en el futuro. Todos sus bienes pertenecen a su Ama, incluyendo objetos, ropa y bienes en metálico que solo podrá utilizar con permiso. Dispondrá libremente de una cantidad diaria para gastos comunes.

5.     La esclava mostrará en todo momento el mayor y más riguroso respeto por su Ama, a la que obedecerá ciegamente, sin excusas ni dilaciones y a la que venerará y adorará como lo más preciado de su vida. Cualquier otra relación, tanto familiar como amistosa o personal será controlada por su Ama quien decidirá si puede seguir con ella o no.

6.     La esclava tendrá un trato exquisito y sumiso ante todas las personas y en especial, ante Amos y Amas, no estando autorizada a opinar, criticar, hacer comentarios sin que se le pidan y mucho menos, a ofender o hacer que cualquier persona se sienta ofendida o molesta.

7.     La esclava será exhibida pública o privadamente, vestida o desnuda ante las personas que su Ama decida. Asimismo, podrá ser subastada, cedida, prestada o regalada a cualquier Amo o Ama, de manera temporal o permanente, sin necesidad de su consentimiento y en las mismas circunstancias que existen ahora.

8.     Siempre que esté en la casa, la esclava permanecerá desnuda y llevará tatuada en el pubis la inicial de su Ama como muestra de posesión y su número de registro de esclava con el correspondiente código de barras en la parte superior de la nalga derecha. Asimismo, llevará los pezones y los genitales anillados de forma permanente y soldados de tal forma que no pueda quitarlos. En la calle, llevará la ropa que le indique su Ama, pero con prohibición del uso de ropa interior.

9.     La esclava será sometida regularmente a sesiones de adiestramiento en las que podrá usarse, sin restricción, cualquier objeto propio de estas sesiones. Se garantiza la integridad física de la esclava.

10.La esclava tiene rigurosamente prohibida la práctica de relaciones sexuales sin permiso de su Ama, salvo lo dispuesto en el anexo 1 de este documento. Por el contrario, podrá ser usada sexualmente tanto por hombres como por mujeres si así lo dispone su Dueña.

11.La esclava pertenece al escalón más bajo de esclavas y, por tanto, será la última de la cuadra entre todos los esclavos y esclavas que pueda tener el Ama. En la cuadra existirá una esclava o esclavo responsable de las o los demás, al que la esclava deberá respetar y obedecer.

12.La esclava podrá ser castigada por su Ama o por cualquier otro Amo autorizado por ella tanto si existe motivo como si no y sin necesidad de explicación alguna. Los castigos podrán ser físicos o psíquicos y llegar hasta la anulación de cualquier privilegio y a la permanencia en la mazmorra por un plazo máximo de un mes.

Anexo I. A criterio de su Ama y considerándolo como un privilegio y nunca como un derecho, la esclava podrá disfrutar de doce horas de libertad. Durante ella, podrá realizar cualquier actividad que desee sin tener que pedir permiso, excepto las que tiene rigurosamente prohibidas. La libertad comenzará a las 11 de la mañana del sábado hasta las 11 de la noche del mismo día. Deberá responder, con posterioridad, a todas las preguntas que, sobre lo sucedido en esas horas, le haga su Ama. En ningún caso podrá quitarse las anillas y marcas

El Ama                                                         La esclava

viernes, 26 de enero de 2018

La buena educación




Desde que era pequeña me enseñaron que cuando una persona se acerca a ti y te dice "Buenos días" o "¿Cómo estás?", lo correcto y lo educado es responderle con sus mismas palabras y decirle que estás bien o desearle unos buenos días.
De la misma forma, si sabes que un conocido, un pariente o un familiar está enfermo o ha sido operado quirúrgicamente y se encuentra, bien en el hospital o bien en su casa, es obligatorio llamar para interesarte por su estado o, incluso, presentarte en el hospital discretamente para hacerle una visita y saber cómo se encuentra.
Cuando es el santo o el cumpleaños de un amigo o de un pariente o, simplemente, de alguien a quien conoces, parece lógico que le felicites con amabilidad e interés y lo más posible es que esa persona te responda agradeciéndote tu felicitación. Lo mismo ocurre cuando es al contrario y alguien me felicita a mí.
Por poner un último ejemplo, me referiré a la Navidad en la que todo el mundo felicita a sus conocidos, a sus familiares o a sus compañeros de trabajo. Yo, que he tenido la oportunidad de vivir en el extranjero, puedo decir que en épocas navideñas recibía muchas tarjetas de felicitación de  España y mandaba otras muchas. En todos los casos, esas tarjetas eran siempre respondidas.
Hago este preámbulo tan largo para introducirme en un caso que me ha resultado especialmente triste y me gustaría saber si la mayoría de la gente piensa como yo o no es así.
Existe una persona, ahora alejada de mí, pero que en su día formó parte de mi círculo íntimo y más cercano. Luego, por circunstancias seguramente ajenas a los dos, nos fuimos alejando, pero no hasta el extremo de dejar de hablarnos de tarde en tarde. He de decir que siempre he sentido un gran respeto, una verdadera confianza y una sincera admiración por esta persona, a la que incluso, la considero un amigo, uno de mis mejores amigos.
Como vivimos en ciudades distintas, hace tiempo le escribí una carta, creo que totalmente correcta, pero en la que le criticaba una serie de decisiones que había tomado sobre una amiga mía. Y él se lo tomó muy mal, no porque me lo dijera a mí, que no me ha dicho ni pío, sino porque lo sé por terceras personas.
Pero por esa amistad y esa admiración de la que hablaba antes, esta Navidad le envié un correo para felicitarle y desearle un gran año nuevo. Una cortesía primero y una forma de intentar rebajar la tensión, después. Pero esta persona no ha tenido ni la educación ni la gentileza de responder a mi felicitación. Como otras veces, ha dado la callada por respuesta.
Quiero que sepa que no me ofende ni me humilla, solo ofende el que puede no el que quiere, pero sí me ha producido una inmensa tristeza porque no esperaba algo así. Él se describe por sí solo con su acto y a mí, ese mismo acto, me ha costado algunas lágrimas, pero no será difícil de superar. A esa persona, de pequeño, no le debieron enseñar lo que me enseñaron a mí.