miércoles, 31 de agosto de 2011

El primer día de una ex



Salgo de casa para reunirme con un par de amigas con las que he quedado por teléfono hace un rato para dar una vuelta, charlar un poco y tomar algo por ahí. Me he arreglado en muy poco tiempo, el maquillaje y el vestuario, pues no tenía previsto salir hasta que he recibido la llamada de mis amigas. Alcanzo el ascensor y mientras espero su llegada me doy cuenta por primera vez de que llevo puestos unos vaqueros estrechos, lo que me deja sorprendida. Ya en el interior del aparato, le doy al botón para bajar y aprovecho que estoy sola para comprobar que bajo los vaqueros, llevo mi ropa interior y también una camiseta negra y, por dentro, un sujetador.
Ya en la calle, espero al autobús y cuando subo a él, encuentro un asiento libre en la parte delantera que ocupo y me entretengo mirando las calles y a la gente que sube y baja , aunque he de reconocer que mi primer impulso ha sido el de quedarme de pie en la parte trasera y no levantar la mirada del suelo.
En el centro me encuentro con mis amigas. Decidimos visitar algunas de las tiendas donde venden ropa apropiada para nosotras. En casi todas, nos probamos alguna prenda y en una muy conocida me compro una camiseta que me ha gustado, por treinta y cinco euros. Nada mal porque tampoco ando muy allá.
Luego, vamos a tomar una cerveza y como se nos ha despertado el apetito pedimos algunas tapas. Es ya estando en plena faena cuando se nos acercan tres chicos con la proposición de invitarnos a otra cerveza y con la intención de ligar con nosotras. Una de mis amigas dice que sí y pasamos los siguientes tres cuartos de hora todos juntos, hasta que, sobre las once, salimos a la calle. Es el momento de despedirnos pero uno de los chicos propone ir a tomar una copa a una disco cercana que, según dice, está muy bien y de la que ni siquiera he oído hablar. Se me ocurrió pensar que era muy tarde para mí, que incuso iba a ser tarde para ponerme delante del ordenador. Sin embargo, lo que a  alguien se le ocurre decir que sí. Vamos los seis. La típica disco con mucho ruido y muchas luces. Ya ni me acuerdo la última vez que estuve en una pero procuro disfrutar todo lo posible: me bebo dos ron con coca cola (ya casi no recuerdo el sabor), bailo hasta cansarme, coqueteo con mi acompañante y sopeso la posibilidad de ir algo más allá. Al fin y al cabo soy una mujer libre y podría terminar la noche en la cama de mi compañero sin que nadie pudiera llamarme la atención.
Pero no lo hago. Sólo es mi primer día de libertad y no me encuentro preparada. Cuando llego a casa son las cuatro. Me sorprendo cuando me doy cuenta de que no tengo que hacer ningún rito, ni desnudarme y ponerme de rodillas para meditar, ni escribir correos, chatear con nadie o revisar la lista de las órdenes pendientes. Me acuesto en la cama, desechando la dureza del suelo y lo hago con mi pijama puesto, un poco mareada por los cubatas y con un montón de ideas en la cabeza.
Pero tardo en dormirme y me doy cuenta de que me siento extraña, como si estuviera más sola, como si echara de menos algo que no sé definir muy bien, como si hubiese perdido algo que ya nunca más podré recuperar. Luego, me quedo dormida.


lunes, 29 de agosto de 2011

Lastimoso



Hoy he aprendido algo nuevo, algo que en todos los años que tengo no podía ni siquiera haber imaginado. Hoy he aprendido que por pedir disculpas porque alguien te ha dicho que te has equivocado y que le has hecho daño te conviertes automáticamente en gilipollas, asquerosa, alguien que se baja las bragas ante cualquiera, inmerecedora de confianza, incapaz de decidir por mí misma lo que puedo decir y lo que no, mostrar una actitud lamentable y no sé si llegará alguna más.
La verdad es que, más que tiste, me he quedado sorprendida. Me gustaría preguntar a los que me han calificado tan amablemente si es que he ofendido a alguno de ellos, si les he insultado, si he descubierto algún secreto o si les he hecho algún mal.
En particular quiero dedicar dos líneas a ese especimen que me llama gilipollas. Seguramente lo hace porque no sabe lo que es la honestidad ni la vergüenza ni el valor de dar la cara, con toda probabilidad porque si la diera cada vez que insulta anónimamente se la habrían partido ya muchas veces y le habrían dicho que es un mal nacido.
A Sandra me gustaría agradecerle su comentario, sólo dice que mi actitud ha sido lamentable, pero lo que me sorprende es cómo ha sabido cual ha sido  mi actitud y si su crítica es porque me he disculpado ante una persona, porque si fuera así quisiera decirle que disculparse es cosa de gente honesta y que para opinar sobre algo hay que saber por qué se opina.
Al Ama Nayla no le digo nada, se lo diré privadamente en un correo. Hoy sólo quiero decirle que me ha parecido mentira leer lo que leía.
Esta es la última oportunidad que me doy a mí misma para tener  un blog abierto en el que todos puedan opinar, pero para opinar hay que tener educación, criticar todo lo que se quiera pero no insultar y para ello no tendré otro remedio que filtrar los comentarios, algo que siempre he odiado hacer.
Que nadie crea que me va a amedrentar ni que me va a hacer callar y que nadie crea que  voy a dejar de decir lo que piense o lo que quiera, que no me voy a disculpar cuando crea que debo hacerlo o que no voy a exigir una disculpa cuando piense que es lo justo.
Sólo voy a añadir una cosa más. Este blog no es un campo de batalla ni un cuadrilátero de boxeo ni el sitio apropiado para que las personas se peleen  entre ellos. Por eso, ruego a todo el mundo que las peleas o los tiros se los den en sus propios blogs.

Rectificación


En relación con la entrada del 17 de agosto, titulada Ciezo he recibido una nota de la persona que era protagonista de la misma, mostrando su disgusto y su sentimiento de sentirse ofendido por el uso de la palabra ciezo para calificar su comportamiento.
Me gustaría decir que aquel comentario fue hecho en tono jocoso, recordando una anécdota que ocurrió en mis comienzos y haciéndolo de un modo distendido y sin malicia. En ningún momento se intentó insultar o menospreciar y mucho menos ofender y debo decir que aunque ya llevo mucho tiempo fuera, en el lugar en el que nací y pasé los primeros años de mi vida, la palabra ciezo no corresponde con un insulto sino que se dirige a alguien demasiado serio.
En cualquier caso, ni este blog ni yo misma queremos ni tenemos derecho a hacer que nadie se sienta ofendido o maltratado por lo que públicamente pido disculpas y manifiesto mi esperanza de que la mencionada entrada no sea considerada como una agresión injustificada a la mencionada persona, concretamente aquella con la que me inicié en el BDSM.

viernes, 26 de agosto de 2011

Lealtad




La otra tarde estaba hablando con un Amo y me contó algo que le había ocurrido algunos años atrás cuando, en un foro de BDSM, manifestó su deseo de hacerse cargo de una esclava en una relación que, en principio, iba a ser a distancia. Como es lógico recibió varias respuestas pero le agradaron especialmente dos de ellas. Como después de algunas conversaciones no supo con cual quedarse, les propuso hacerse cargo de las dos durante un mes y decidir después quién sería la elegida. Las dos aceptaron y pasaron ese mes de prueba, al término del cual, el Amo se decidió por una de ellas, aunque siguió manteniendo un contacto esporádico con la otra, no ya como Amo y esclava sino, más bien, como simple amigos o, tal vez, por cortesía.
Me contaba este Amo que hace unos meses tuvo la oportunidad de hablar por el Messenger con la chica a la que en su día había rechazado. Estuvieron charlando de generalidades hasta que en un momento determinado la chica le preguntó la razón que le había llevado a escoger a la otra y no a ella misma. El Amo se quedó un poco perplejo, tal vez porque no se esperaba la pregunta y sólo le respondió que cuando llegó el momento de escoger a una, tomó la decisión de escoger a la otra y aunque era posible que se hubiera equivocado, era la decisión que había tomado.
A la chica, esa explicación le pareció coherente a pesar de la iusión que le hubiese hecho ser ella la elegida y siguieron hablando de otras cosas hasta que, sin que la chica aludiera nuevamente al tema, él le dijo: "Elegí a fulanita porque desde el primer dia me fue leal"
Seguramente, y esto ya lo digo yo, el Amo no fue consciente del daño que había hecho a esa chica que, durante un mes le había servido con toda su buena voluntad y sabiduría, y ahora era tildada indirectamente de desleal.
Hasta aquí el relato de la conversación con el Amo. Ahora el epílogo.
En una relación a distancia, sea de BDSM o de otro tipo, ¿Cómo se puede valorar la lealtad o la deslealtad de la otra persona? A esta respuesta creo que habría que responder que sería mejor hablar de confianza o desconfianza.
¿Cómo puede saber un Amo si su esclava le es leal o no o cómo puede saber una esclava si su Amo le es leal o no?
Una esclava puede tener conexiones con su Amo, puede tener contacto telefónico, puede tener que enviar mil correos para ser mejor controlada y puede cumplir mil órdenes en soledad o delante de una webcam, arrodillarse y adorar a su dios, darse latigazos y hacer cuantas cosas se le ordenen pero ¿Quién puede asegurar que cuando apaga la webcam no le hace al Amo un corte de mangas o se va de copas con sus amigos o se acuesta con el novio o se pone en contacto con otro Amo?

sábado, 20 de agosto de 2011

Sólo fui una esclava mediocre



Nunca se me había ocurrido pensar que durante todos los años que viví como esclava al servicio de un Amo, estuviese inmersa en un gran error o que, tal vez, me estuviera engañando a mí misma. Concibo la esclavitud como una entrega total y sin límites, como una dedicación exclusiva y como una forma de vida escogida voluntariamente. Desde el primer momento, desde que entré como aprendiz o como novicia, mi mayor deseo y mi más íntima ambición fue el de llegar a ser una esclava total, absoluta, una esclava 24/7, dedicada a la esclavitud cada minuto de cada día, de cada año, aunque en muchos de ellos no tuviera órdenes que cumplir ni nada que hacer. Es decir, ser una kahira. Pero cometí un importantísimo error  al no darme cuenta o al no querer admitir que no estaba capacitada para serlo. No me di cuenta de que ni objetivamente ni para el Amo al que servía, tenía la capacidad de entrega suficiente o el talento o la intimidad personal necesaria o la dedicación para que viese en mí a una futura kahira.
Alguien me preguntó hace poco si pensaba que había hecho los suficientes méritos para ser una kahira y para poner un ejemplo me preguntó si alguna vez había orinado desnuda en un bol y lo había bebido delante de otras personas. Yo tuve que reconocer que, aunque después lo hice muchas veces, en aquella época no lo había hecho, pero debí añadir que no porque no quisiera o porque me negara a obedecer, sino porque nunca me lo mandaron y yo, una esclava con ilusorias pretensiones de llegar a más, pensaba que lo que la futura kahira debe hacer es ceñirse a las órdenes de su Amo y no hacer lo que no se le ha pedido, a vivir la vida que se le ordenaba y no a pensar por su cuenta. Que esa era  la forma para conseguir el objetivo. Por desgracia, siempre creí que si mi Amo no me mandaba experimentar cosas  más duras era porque no le apetecía y no porque pensara que no iba a ser capaz de cumplirlas.
Subí rápidamente por todos los escalafones del BDSM y en muy poco tiempo pase de novicia a sumisa y de sumisa a esclava pero ahí me estanqué porque ya no daba para más, a pesar de que nunca se me ocurrió pensar que fuera así.
Veía que cada vez que llegaba una sumisa o una esclava nueva enseguida pasaba a estar por delante de mí. Yo me decía a mí misma que era una decisión del Amo y que no tenía derecho a decir nada, pero no me daba cuenta de que, posiblemente, era así porque todas esas chicas que llegaban tenían más méritos que yo o estaban más cerca o eran más obedientes.
No estoy haciendo una queja ni mucho menos adjudicando al Amo o a cualquier otra persona una responsabilidad que no tenían, aunque no debieron dejarme llegar tan lejos sin decirme a las claras que no iba a ser capaz de alcanzar lo que quería. Solamente estoy constatando o relatando el gran error en el que estuve inmersa durante tanto tiempo.
Luego, una enfermedad y algunas otras circunstancias no sólo acabaron con cualquier posibilidad de seguir avanzando, sino que me redujeron a la nada en el mundo del BDSM.
Una vez curada de mi problema de salud, una circunstancia casual hizo que entrara al servicio de un Ama y lo primero que le dije fue que deseaba una relación sin ningún límite. Lo malo fue que una nueva recaída en mi enfermedad acabó enseguida con la relación.
En todos los años que estuve siendo una esclava, al servicio de un Amo durante mucho tiempo y de un Ama durante muy poco tiempo y si mi memoria no me falla, sólo he dejado de practicar cuatro actividades dentro del BDSM: la zoofilia, el scat, la prostitución y las descargas eléctricas, pero no por haberme negado a realizarlas o haberlas pactado como límites sino porque los Amos que tuve no me las mandaron nunca.
He visto en foros y en blogs y he oído lo fácil que ha sido para algunas chicas convertirse en kahiras, lo poco que lo han sudado. He sabido que algunas de ellas querían esa categoría para colgar el título en una pared como si se tratara del de una Licenciatura pero no me había dado cuenta de que yo, que quería dedicar mi vida a eso, no tenía la capacidad ni el talento ni la dedicación para llegar a serlo. O acaso fue que por mi carácter, alababa menos y gastaba bromas o no hablaba de la manera protocolaria con que debe hacerse.
Me gustaría terminar este comentario manifestando la felicidad y la satisfacción que he tenido durante todos los años en los que he sido esclava, tanto en mi etapa más larga como en la más corta y dar las gracias al Amo y al Ama que hicieron posible esa felicidad.
Pero, por desgracia, tengo que admitir que mi sueño de ser esa esclava dedicada veinticuatro horas a su Amo/a, sin otro pensamiento que el de servirles y sin otra intención que llevar esa vida, ha sido un total fracaso, tal vez porque yo no he servido o quizá porque no han creído en mí o en lo que ofrecía. Lástima que no fuese consciente desde el primer día, cuando posiblemente todo el mundo a mi alrededor sabía que no podía llegar a ser más que una esclava mediocre.

viernes, 19 de agosto de 2011

Rebeldia adolescente




Siempre he tenido la sensación personal que una de las razones más íntimas de que entrase en el BDSM como esclava fue el reto de que alguien fuese capaz de dominarme  y de domar esa rebeldía que me empezó en la adolescencia y con la que he continuado siempre. Hay personas que leen este blog y lo saben porque me han conocido bien. Simplemente voy a contar una pequeña anécdota de la que me he estado acordando estos días.
Tenía dieciséis años y me habían invitado a una fiesta en una disco a la que iban a ir todas mis amigas y un montón de chicos guapos y naturalmente no quería perdérmela. Le pedí permiso a mi padre y al final de un discurso trascendental me dijo que bueno pero con las consabidas condiciones.
El día de la fiesta me maquillé con todo cuidado (normalmente no me maquillaba), me dejé el pelo suelto y me puse un top de color y una minúscula falda negra, además de unos zapatos de tacón.
Yo estaba tranquila porque sabía que mi padre no llegaba hasta las nueve y eran las ocho pero cuando fui a atravesar el salón para salir a la calle, allí estaba él recién llegado de la calle. Saludé a los dos casi sin volver la cabeza y seguí andando hasta llegar a la puerta de la habitación. Allí hoy la voz de mi padre. "Oye, niña". Me volvi y le pregunté qué quería. "¿A dónde crees que vas con esa pinta". Ya me había esperado algo así pero sentí una gran irritación. "¿Que pinta?, le dije y él respondió muy seguro de sí mismo. "Coño, que se te ve el culo". Entonces, hice un gesto como si lo que me reprochaba fuera una tontería y le conteste: "No te preocupes, papá, llevo bragas".
Yo me fui sin esperar su réplica porque me temía lo peor pero al día sigiente mi madre me dijo que la reacción de mi padre había sido reírse. Y es que se las da de duro pero no lo es.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Ciezo



Es posible que en alguna ocasión anterior haya hecho algún comentario sobre las razones que me llevaron a entrar en el BDSM. Antes de esa época nunca me había interesado por esa práctica y todas mis relaciones de amistad, de noviazgo o lo que fuera habían sido "normales". Pero un día cayó en mis manos un libro sobre BDSM y me interesó mucho más de lo que yo creía que podría hacerlo cuando lo empecé a leer. Eso hizo que comenzara a entrar en foros y a leer blogs y así hasta que me decidí escribir en un foro que resultó ser de un país sudamericano que ya no recuerdo. De lo que sí me acuerdo es de que me contestaron tres Amos pidiéndome que les agregara a mi Messenger para poder chatear. La verdad es que me dio tanto miedo que no contesté a ninguno.
Pero seguí leyendo, aprendiendo y enterándome de lo más que podía hasta que un día vi en otro foro la nota de un Amo canario que buscaba a chicas que quisieran entrar en elmudo del BDSM. Me animé y le mandé un email que decía más o menos:
         "Hola X. Me llamo Silvia y estoy interesada en el BDSM pero no sé nada. He visto tu anuncio y me gustaría saber si podrías enseñarme las cosas más básicas. ¿Te parece bien?"
Al día siguiente recibí un email de respuesta. Confieso que me ilusioné haciendo cábalas sobre lo que me diría pero me quedé de piedra nada más empezara hacerlo. Decía:
         "Lo primero que debe aprender todo el que quiera saber BDSM es que no se puede tutear a un Amo. Te espero en el Messenger mañana a tal hora"
       Y me dije a mí misma  "Joder, que tío más ciezo"
Nunca más he vuelto a tutear a un Amo.

Ciezo en argot andaluz= antipático, serio, malage

martes, 16 de agosto de 2011

spica



Conocí a spica cuando las dos teníamos catorce años y estudiábamos secundaria en el colegio. Luego, estudiamos juntas el Bachillerato y también la carrera en la Facultad. Existe entre las dos la curiosidad de que su nombre es el de mi hermana y el mio es el de la suya. Después de la carrera, nuestros caminos se separaron y ahora ella vive y trabaja en un país de Europa. Spica es una de mis mejores amigas y aunque físicamente estamos lejos, nos comunicamos con frecuencia y conservamos esa amistad. Por eso, me duelen algunos comportamientos totalmente injustos con ella.
Spica, además de su profesión, practica el BDSM como esclava y ha llegado a un límite en el que su esclavitud es prácticamente total y que lo único que hace fuera de ella, autorizada por su Amo, es trabajar en su profesión.
Tiene un blog en el que expone sus criterios, sus experiencias y sus sentimientos y yo, que soy su mejor amiga, sé que los expone con total sinceridad y con absoluta valentía. Por eso, me duele que haya algunas personas que se ensañen con ella por lo que dice o por lo que hace. Si hace una o dos semanas los insultos eran para mí, ahora son para ella.
Cuando se tiene un blog público todo el mundo tiene derecho a dejar algún comentario, analizando, alabando, criticando o manifestando lo que le parezca pero creo que nadie tiene derecho a insultar a una persona, sólo por el hecho de que no se piensa como ella y, sobre todo, cuando se hace anónimamente y sin posibilidad por tanto de defenderse o de devolver los insultos. Spica es una gran persona, no porque lo diga yo, sino porque lo dicen todos los que la conocen y la inmensa mayoría de los que visitan su blog. Le he dicho que no permita comentarios injuriosos y que los borre y aunque ha borrado algunos no quiere seguir haciéndolo.
A todos los que insultan a otros me gustaría decirles que cada uno hace con su vida lo que le da la gana, escribe como quiere y lo que quiere y que por eso, ni ofende a nadie ni molesta a nadie y los que se sientan ofendidos o molestos que simplemente no lean el blog.
Estoy convencida de que esos comentarios injuriosos, a veces no sólo para la propietaria del bog sino para su familia, esa facilidad para catalogar de loco al que no piense como el comentarista, sólo esconde un profundo resentimiento, mucha envidia y una vida infame que se trata de esconder tras unos insultos que, verdaderamente, no ofenden más que al que los hace.


domingo, 14 de agosto de 2011

Amor y BDSM



Hace un par de días, el Amo Tarha escribió un interesante comentario en su blog La Rosa Secreta ponderando las ventajas de la existencia del amor entre las dos personas que forman una relación BDSM. Aunque probablemente esté en minoría, he de decir que no sólo discrepo totalmente de esa aseveración, sino que estoy convencida de que amor y BDSM son incompatibles.
Ya sé que muchas parejas me dirán que ellos están enamorados y lo practican pero creo que es por una diferencia de criterios. El Señor Tarha dice, entre otras cosas, que es más bonito y más dulce dominar a una persona a la que amas o servir como esclava a un Amo del que estás enamorada. Pero ¿Es posible azotar, pegar, castigar a la persona amada? ¿Es posible obligarla a comer en el suelo y con las manos mientras el Amo come tranquilamente sentado a una mesa? ¿Es posible hacer que vista como el Amo quiere, ponerla en el potro de tortura, hacerla gatear como una perra u obligarla a tener sexo cuando el Amo tenga ganas? ¿Es posible ceder a la persona a la que amas a otro Amo o mostrarla desnuda en una exhibición? ¿Es posible humillar y vejar a la persona a la que amas?
Tal vez de lo que se habla es de mantener una sesión una vez al día o a la semana o al mes. Hacer esa sesión durante un rato y luego irse a tomar una copa juntos, a cenar  o a El Corte Inglés. Es decir, hacer una vida normal entre dos personas que se aman y que dedican un rato a jugar al BDSM en vez de ir al cine o ver la tele.
Pero para el BDSM que  yo concibo no es posible. Para esa relación que dura cada minuto de cada día y todos los minutos de todos los días. Para esa relación en la que la esclava está firmemente convencida de que su Amo es su Dueño y que por tanto no tiene derechos y sí sólo obligaciones. Para esa relación permanente en que no puedes tomar una sola decisión sobre ti misma ni puedes gastar un euro sin permiso o tener amigos sin autorización o comerte una tortilla si no te dejan. Sé que me dirán que eso es utópico pero no lo creo. Hay mucha gente que lo hace así y yo conozco a varios. Esa es la relación que yo quise para mí y a la que estuve a punto de llegar. Si no llegué no fue porque fuera imposible sino por otras razones.
Pero en esa relación, en la relación en que yo hubiese sido feliz, el amor no tiene cabida.

viernes, 12 de agosto de 2011

Con mucho respeto y bastante ilusión




A es un hombre y B es una mujer. Durante un tiempo A fue el Amo de B y ella le sirvió, imagino que con la misma dedicación y entrega con la que todas nos hemos entregado. He oido decir que durante una época la relación entre A y B se pudo calificar de maravillosa y pudieron disfrutar de ella a tope. Tuvieron la suerte de que al menos en parte, fue en real, lo que, sin duda la hizo más interesante y atractiva.
Pero un día, esa relación se rompio, Ay B tuvieron una bronca monumental, se distanciaron y comenzaron las amenazas, los insultos, las descalificaciones y el rencor. Desconozco la razón por la que sucedió todo eso, pero creo que para este relato es totalmente indiferente.
Ahora, A sigue siendo un Amo aunque tiene otras esclavas y B ha dejado de ser esclava y se ha convertido en Ama gracias a las enseñanzas de un Tutor, pero las desavenencias entre ellos siguen siendo las mismas o seguramente mayores.
Hace poco tuve un sueño, pero fue un sueño que tuve despierta, así que más que un sueño se trató de un deseo o, tal vez, de una súplica. Me gustaría suplicar a A y me gustaría suplicar a B, con mucho respeto y bastante ilusión, que terminaran con su distanciamiento. Que cualquiera de ellos llamase al otro y le propusiera una conversación a solas. No pretendo que en ese primer encuentro se den la mano ni voy a formar un coro para que les canten eso de "¡Que se besen!", ni siquiera que se tomen un café juntos, pero sí que hablen con la mayor franqueza posible y con el mayor respeto el uno hacia el otro. Que si tienen que reconocer sus errores que los reconozcan, que si tienen que pedir perdón que se lo pidan, que si tienen que cantarse las cuarenta que se las canten y que si alguno de ellos tiene que afear la conducta del otro que se la afee. Que al final, cuando ya hubieran acabado de decirse todo lo que tuvieran que decirse, que reconocieran que hay actitudes absurdas y que todo puede olvidarse. Y que después, firmen un pacto de no agresión y queden en volver a hablar cuando les haya dado tiempo a reflexionar sobre su problema.
Estoy segura de que si A y B aceptaran mi súplica, no solo solucionarían para siempre ese problema que les ha distanciado tanto, sino que en muy poco tiempo, quedarían en verse, se darían la mano y se sentarían en una terraza para tomar juntos un café.
Y que mientras se lo tomaban y recordaban viejos tiempos, los dos soltarían una sonora carcajada al acordarse de que entre las muchas cosas que han compartido en algún momento de sus vidas una de ellas fue el suplicio de tener quen adiestrar a la esclava más inútil del BDSM.


miércoles, 10 de agosto de 2011

Hoy he ido a ver la Torre y las puertas estaban abiertas



Ayer por la tarde tuve una conversación con el Señor Tarha a través del Messenger. Como es lógico no voy a desvelar el contenido de dicha conversación en la que, por cierto, estuve sumamente nerviosa, pero sí quiero decir que ni nos insultamos, ni nos reprochamos nada ni nos tiramos los trastos a la cabeza. El Señor Tarha me explicó las razones de su actitud y yo le expliqué los motivos de mi tristeza y de mi reacción posterior. Sus razones y mis motivos los sabe casi todo el mundo pero ahora quedan ya muy lejos.
Anoche, el Señor Tarha tuvo el coraje de rectificar esa actitud con una entrada en su blog y hoy yo quiero rectificar la mía con esta otra entrada en el mío. Así pues, es el final de una historia que nunca debió producirse. Ahora sé que las puertas de la Torre Roja, ese lugar en el que viví durante tantos años, también están abiertas para mí y que sus paredes aún conservan mi recuerdo. Yo tengo que añadir que siempre me he sentido orgullosa de pertenecer a ella y que jamás en mi vida, ni cuando he sido esclava ni cuando,como ahora, ya no lo soy, nunca la olvidaré. Gracias.

Deseo mostrar mi agradecimiento a todas las personas que me han apoyado con sus comentarios en este blog o por correo electrónico, a las que me han aconsejado olvidar y volar y a las que me han hecho comentario con críticas a mi actitud o a mi forma de comportarme de forma educada y constructiva. Quiero agradecérselo tanto si lo han hecho identificándose como si lo han hecho de forma anónima, porque todos sabemos que en muchas ocasiones no es conveniente hacer pública una identidad concreta.
Sin embargo, a los que se han amparado en el anonimato apara denigrarme, insultarme o humillarme sólo les quiero decir que a los que no tienen el valor de dar la cara para insultar sólo se les puede llamar cobardes

domingo, 7 de agosto de 2011

Reflexiones de una esclava desprestigiada




La noche del viernes pasado estuve a punto de eliminar del blog la entrada titulada "Un honor inmerecido". Pensé eliminarlo porque no quiero que mi blog se convierta en un ventilador desde el que se esparce la mierda en todas las direcciones y hacia todos lados y porque nunca ha sido mi estilo ni mi forma de ser, tratar de denigrar públicamente a alguien con nombres y apellidos, ni siquiera aunque sea como respuesta a otro ataque previo e igualmente injurioso.
Pero no lo eliminé, y no lo hice porque la que está escrito en esa entrada es el resultado  del estado de ánimo de un momento determinado, del intento, seguramente vano, de responder a lo que consideré una agresión injusta, un desprecio que no creia merecer. Esa entrada es parte de un acontecimiento de mi vida y pienso que todos debemos hacernos responsables de lo que hemos hecho a lo largo de ella, haya sido bueno o malo.
En cualquier caso, es la batalla de Goliat contra David. la de un Amo influyente que lleva más de veinte en el BDSM, con todo lo que eso conlleva de conocidos, de amigos, de deudores y de cobistas contra una esclava insignificante a la que sometió durante más de cinco años, que sólo conoce a unos pocos Amos y a unas cuantas esclavas, a la que nadie debe nada ni tienen nada que agradecerme y, por tanto, necesidad de darme coba. No hay duda de quién tiene más poder. Es curioso pero en seis años que llevo con un blog jamás me ha insultado nadie en ningún comentario y desde estos días sólo recibo comentarios injuriosos e insultantes, por supuesto anónimos.
Pero no me voy a rendir porque si bien no hay duda de quien es el dueño del poder, nadie conoce quien es el dueño de la verdad.
En los comentarios hechos a una entrada en el blog del señor Tarha, una esclava con su nombre y dos anónimos le dan la razón y uno de ellos le dice que no merezco ni que me miren. Le mandé un comentario que no era para él sino para esas personas en las que les preguntaba cómo era posible que cuando había una desavenencia entre dos personas, cómo se le podía dar la razón a una de las partes sin haber oído y sin conocer a la otra. Todavía desconozco la razón por la que me han censurado ese comentario.
Estos días he sentido una gran desilusión y  una gran tristeza. Seguramente, sus sentimientos han sido de indiferencia o, tal vez, de desprecio. Y he sentido esa gran tristeza porque, después de servirle durante más de cinco años como esclava, precisamente esos cinco años que ahora celebra en su blog, no ha tenido la suficiente memoria para acordarse de mí o no ha querido acordarse de mí, despreciando así todos los años que estuve con él y toda la sumisión y el respeto que le profesé. Debo de ser la única de sus esclavas, quizá una de las que más tiempo ha tenido, que no ha querido poner en la lista de sus esclavas que elaboró  para conmemorar su aniversario.
Ayer tuve la oportunidad de decirle que me gustaría poder mantener una conversación con él en algún chat y ha accedido. Le di las gracias porque era importante para mí. Quiero poder contarle cuáles son mis razones y quiero pedirles que me cuente cuáles son las suyas.
Por último, algo que si quiero que sepan todos los que me leen y no me insultan. Ya he explicado por qué no me arrepiento de haber escrito la entrada que escribí pero hay algo de lo que sí me arrepiento profundamente porque era una mentira: Nunca debí escribir que el señor Tarha era un amito sabiendo lo que él entiende por eso, porque nunca lo ha sido. Desde el día en que le conocí hasta el mismo día en que dejé de ser su esclava ha sido un verdadero Amo.

Aclaración

El otro día le puse al blog un contador de visitas y alguno se puede haber extrañado que en menos de dos meses que es el tiempo que lleva en funcionamiento se hallan producido ya más de 127.000 visitas.
La explicación es fácil: este no es un blog nuevo a pesar de su titulo sino la continuación de mi blog de siempre que, por causas que no vienen al caso, he mantenido separado y en el que no he vuelto a escribir. A este lo considero el mismo blog y por tanto trasladé las 126.500 visitas que había en él a éste. Que nadie piense que provoco tanto interés ni que quiero dármelas de importante poniéndome un número absurdo de visitantes para tan poco tiempo.

Anónimos



Siempre he pensado que cuando se abre un blog se hace para mantener una especie de relación con todos aquellos a los que les gusta o les atrae lo que se cuenta, una relación que se puede mantener de diversas formas, la más importante a través de los comentarios de los lectores y creo que también de los feeds pero desgraciadamente no sé cómo funcionan, así que cada día leo todos los comentarios que puedan haber llegado. Nunca he censurado ninguno, por muy crítico que sea con mis entradas, ni he bloqueado a nadie y debo confesar que en la mayoría de las ocasiones no los contesto,sobre todo a los que son positivos para mí o para lo que expreso en los posts, estén firmados o no. Pero hay un tipo de comentario al que sí contesto y es al que de forma anónima, sin atreverse a poner su nombre ni por supuesto a dar la cara se dedica a insultarme por lo que pongo en mis entradas. Si esas personas se hicieran visibles, con mucho gusto les contestaría y trataría de rebatir sus afirmaciones pero un individuo que es tan cobarde que se tiene que ocultar en el anonimato para insultar a otra llamándola mentirosa o cualquier otra cosa, no merecen más que mi desprecio y creo que el de todo el mundo que va por la vida rectamente y dando la cara

viernes, 5 de agosto de 2011

Olvido

Escribo esta entrada para subsanar un error que cometí en la anterior por olvido y, tampoco lo voy a negar, un poco por los nervios. Quiero decir que es totalmente cierto que el amo que tuve hasta hace unos meses se ofreció a donarme un riñón para que me lo trasplantaran. Ignoro, porque es imposible saberlo, si lo hizo como un compromiso firme o sólo por quedar bien pero no tengo por qué pensar ni, desde luego, existe ningún indicio de que no fuera una oferta sincera y altruista.
Había dos problemas insalvables: uno que, por diversas razones,  habría sido casi imposible una compatibilidad y otro que, tal como le dije desde el primer día, jamás aceptaría el riñón de una persona viva. Es justo que quede así.

Un honor inmerecido

Ayer tuve el honor de que mi primer y único amo durante los últimos cinco años y medio me dedicase por entero y en exclusiva la última entrada de su blog, La Torre Roja, una fantasía de muchos salones que ni siquiera existen.
Un par de días antes había leído otra entrada en la que sin motivo y sin venir a cuento me descalificaba y me excluía de cualquier recuerdo como esclava suya relegándome al cubo de la basura. Le escribí un comentario en su blog, que de momento sigue publicado (le doy las gracias por ello), aunque ya ha anunciado que lo va a retirar porque ya se sabe que acepta todos los aplausos, incluyendo los hipócritas, pero oculta cualquier atisbo de crítica. Cualquiera puede ver que aunque era una queja por un trato que consideraba injusto, era un comentario totalmente respetuoso y educado y si hay alguien que piense lo contrario, por favor, que me lo diga. Si termina borrándolo yo lo publicaré en mi blog.
A él no le ha debido sentar nada bien que alguien ose objetar alguno de sus puntos de vista y me ha deedicado esa entrada titulada "Jarrones rotos II" en la que escribe toda clase de desprecios, insultos, mentiras y hasta amenazas. Bien, hoy yo le voy a hacer el honor de dedicarle también una entrada en mi blog.

Antes que nada, me permitirás que te tutee dado que si tú lo haces conmigo a pesar de no ser tu esclava, supongo que tengo la edad y la titulación suficiente para hacerlo yo también. Asímismo como, no se si para humillarme o despreciarme me llamas "s" en vez de por mi nombre (no espero los de linda, bonita, perrita etc) yo también emplearé tu inicial que, curiosamente, también es S aunque con mayúscula, que es lo correcto.
Mira S, yo no soy ningún jarrón roto y además,cada uno se las da de lo que puede y yo me las doy de Doctora en Medicina, premio extraordinario de carrera, master en enfermedad de Alzheimer, cinco trabajos publicados en otras tantas revistas científicas, que habla tres idiomas, que ha viajado por más de treinta y cinco paises y por todas las capitales de España y que además, no pone faltas de ortografía. No todo el mundo puede dárselas de eso, ¿verdad?

Estás mintiendo cuando dices que he desertado. Desertado ¿de qué? ¿Es que tus jarrones tienen la obligación de quedarse contigo toda la vida? Te mandé dos correos anunciándote que dejaba la esclavitud, al menos temporalmente, y me contestaste  con éste email:" La verdad es que yo tampoco ando para lanzar cohetes......con tantas decepciones (TU NO HAS SIDO) pero ya hablaremos. otro dia. Cuidate"


Si te parecía tan bien y yo no era quien te causaba problemas, ¿Qué cambió después de eso, sin que en ningún momento nos hayamos dirigido la palabra ni hayamos sabido uno del otro? ¿Te crees tan poderoso y tan importante que aún sin ser mi amo tienes derecho a decirme lo que tengo que hacer con mi vida, lo que te parece bien y lo que te parece mal? ¿Quién te da derecho a criticar a alguien a quien no le llegas  ni a la suela de los zapatos o a censurar lo que quiero hacer con mi vida?
Yo no tengo amiguitas, tengo amigos y amigas, bastantes por fortuna, lo que tampoco puede decir todo el mundo y se he sido una falsedad ha sido debido a una enfermedad muy grave de la que te hablé con total sinceridad. En cuanto a lo de no dar la talla, ¡Mira quién habló! Seguro que no reconoces a algunos de esos amigos tuyos a los que tanto quieres y que a tus espaldas me pedían fotos con las tetas bien visibles o querían tener sesiones conmigo.

Te contaré algo sobre cobardía, Cobarde es el que borra  las críticas que se le hacen, por muy respetuosas que sean; cobarde es el que no pregunta ni una sola vez por la persona con la que ha compartido  parte de sus aficiones o si se quiere de su vida, después de ser operada a vida o muerte, de ser operada dos veces de garganta o de vivir imposibilitada durante meses o en una sala de cuidados intensivos. Cobarde es el que dice que tiene la mejor esclava delmundo y por detrás se dedica a chatear con sudamericanas o con quien se le pone por delante (si tienen cam mejor) o que se busca otras nuevas para sustituir a la que está enferma.

¿Te acuerdas de cómo empezó todo? ¿De cuando te pedí que fueras mi Tutor. Entonces ya tenías una esclava portorriqueña a la que de la noche a la mañana mataron en la guerra de Irak. ¿Te acuerdas de Elena? También tenía otro nombre si es la mejicana a la que me refiero, esa que en vez de escribir de BDSM en su blog, escribia apasionadas cartas de amor a su dueño, describiendo con todo detalle qué pensaba mientras se masturbaba o lo maravillosamente bien que se sentía con las tetas pinzadas delante de su webcam. Enseguida la pusiste delante de mí y no dijiste ni pio cuando ella dijo que ojalá me largara o que no quería verme en la vida porque  España estaba más cerca que Méjico. Sin embargo, un buen día cogiste ese maravilloso jarrón y lo estrechaste contra el suelo expulsándola como esclava, no sé si porque te hartaste de tanta cursileria o  porque no quiso aparecer más en la cam. Por cierto, tampoco dijiste nada cuando apareció aquel acosador que se pasaba los días diciéndome obcenidades en correos y en comentarios del blog.

Escribes en tu blogs como si fueras un dios sabelotodo que cuando hablas de ti empleas el NOS y vas pregonando las prácticasd que son buenas y las que son malas, las que son morales y las que no y el que haga lo contrario está inmediatamente excomulgado. O vas enseñando pomposamente como se realiza esta táctica, cómo se pone un cable o se usa un látigo o se pinza un pezón como si fueras el único que sabe hacerlo y el resto de los Amos y Amas fuesen unos perfectos inútiles.

Pues sí, tenía la esperanza de que el amo que he tenido tanto tiempo, al que le he contado mi vida, le he mostrado mi alma y mi cuerpo, he obedecido a ciegas y he defendido ante cualquiera, guardase algún recuerdo de todos estos años. Yo te reto a que me señales un solo post de mi blog o un sólo correo de los que te he enviado en el que te haya faltado el respeto o en el que te haya humillado o engañado. También a que leas lo que piensan Amos y esclavos de mi dedicación a ti en sus comentarios ¿Sabes cuántos emails te he escrito? Más de cuatro mil (los tengo todos). ¿Sabes los que me has mandado tú? Cuéntalos. Dile a tus amigos y a tus jarrones quien es el que desertó cuando me mandaba menos de un correo al mes con instrucciones para una semana (una por dia: lunes te pones pantalon azul, martes te comes un espárrago...) y cuando te respòndía que ya las había cumplido ni siquiera me contestabas. ¿Te acuerdas de los correos que te mandé en agosto, en septiembre y en octubre sin respuesta? Si quieres los publico.

¿Supiste quién te felicitó la Navidad el 24 de diciembre, siendo aún tu esclava, sin obtener ninguna respuesta? ¿Y te has enterado de que te felicité  tu cumpleaños y tu santo el pasado día 25, no hace ni quince días? Claro que ahí te disculpo porque posiblemente te harías un lío con la broma de escribirte en inglés. ¿O cuando te dije el 4 de marzo que me habían operado del riñón por fin y no me contestate hasta 21 días después.

¿Y tú me hablas de deserción, de engaño, de mentiras y de no dar la talla? Por cierto, mientes como un bellaco cuando dices que te he suplicado volver contigo. Ten la vergüenza de mostrar el correo en el que te lo pido.

Ahora estás muy contento y orgulloso con tus nuevos jarrones, supongo que con toda la lista de los que fuiste rompiendo por ahí también, pero ten la seguridad de que también se romperán aunque tú los añadas a la lista que publiques en el sexto o séptimo aniversario y volverás  a por otros sin remordimiento.

Terminaré diciéndote dos cosas, una que tu status de dios del BDSM no te da derecho a elegir a mis amigos o a dirigir mi vida y dos que es verdad que no vale la pena arreglar un jarrón que se ha roto y comprar uno nuevo pero entérate, los jarrones no se rompen solos, los rompen los que necesitan hacerlo para de esa forma ocultar su falta  de altura, su incultura, su ira, su despotismo, su egocentrismo o su  impotencia.

Después de escribir esto he leído tu email, ese que has mandado a no sé cuantas personas, acusandome de unas cosas en las que yo no he tenido parte alguna:Ni jamás he hablado de dinero, ni de falta de emails, ni de que hiubieras hecho algo mal,ni de tratarme mal ni de menosprecio ni de brutalidad, ni de pegarme. Ocho o diez mentiras más que añadir y que demuestran tu calaña.  Dime una sola vez que yo te haya desprestigiado, calumniado, faltado al respeto o insultado, UNA SOLA VEZ hasta el día que escribiste esa entrada. Si otros u otras te lo han hecho allá ellos pero a mí no me hagas responsable de lo que haya hecho nadie porque no tienes dereccho a hacerlo por muy amito que seas.