domingo, 7 de agosto de 2011

Anónimos



Siempre he pensado que cuando se abre un blog se hace para mantener una especie de relación con todos aquellos a los que les gusta o les atrae lo que se cuenta, una relación que se puede mantener de diversas formas, la más importante a través de los comentarios de los lectores y creo que también de los feeds pero desgraciadamente no sé cómo funcionan, así que cada día leo todos los comentarios que puedan haber llegado. Nunca he censurado ninguno, por muy crítico que sea con mis entradas, ni he bloqueado a nadie y debo confesar que en la mayoría de las ocasiones no los contesto,sobre todo a los que son positivos para mí o para lo que expreso en los posts, estén firmados o no. Pero hay un tipo de comentario al que sí contesto y es al que de forma anónima, sin atreverse a poner su nombre ni por supuesto a dar la cara se dedica a insultarme por lo que pongo en mis entradas. Si esas personas se hicieran visibles, con mucho gusto les contestaría y trataría de rebatir sus afirmaciones pero un individuo que es tan cobarde que se tiene que ocultar en el anonimato para insultar a otra llamándola mentirosa o cualquier otra cosa, no merecen más que mi desprecio y creo que el de todo el mundo que va por la vida rectamente y dando la cara

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