miércoles, 31 de agosto de 2011

El primer día de una ex



Salgo de casa para reunirme con un par de amigas con las que he quedado por teléfono hace un rato para dar una vuelta, charlar un poco y tomar algo por ahí. Me he arreglado en muy poco tiempo, el maquillaje y el vestuario, pues no tenía previsto salir hasta que he recibido la llamada de mis amigas. Alcanzo el ascensor y mientras espero su llegada me doy cuenta por primera vez de que llevo puestos unos vaqueros estrechos, lo que me deja sorprendida. Ya en el interior del aparato, le doy al botón para bajar y aprovecho que estoy sola para comprobar que bajo los vaqueros, llevo mi ropa interior y también una camiseta negra y, por dentro, un sujetador.
Ya en la calle, espero al autobús y cuando subo a él, encuentro un asiento libre en la parte delantera que ocupo y me entretengo mirando las calles y a la gente que sube y baja , aunque he de reconocer que mi primer impulso ha sido el de quedarme de pie en la parte trasera y no levantar la mirada del suelo.
En el centro me encuentro con mis amigas. Decidimos visitar algunas de las tiendas donde venden ropa apropiada para nosotras. En casi todas, nos probamos alguna prenda y en una muy conocida me compro una camiseta que me ha gustado, por treinta y cinco euros. Nada mal porque tampoco ando muy allá.
Luego, vamos a tomar una cerveza y como se nos ha despertado el apetito pedimos algunas tapas. Es ya estando en plena faena cuando se nos acercan tres chicos con la proposición de invitarnos a otra cerveza y con la intención de ligar con nosotras. Una de mis amigas dice que sí y pasamos los siguientes tres cuartos de hora todos juntos, hasta que, sobre las once, salimos a la calle. Es el momento de despedirnos pero uno de los chicos propone ir a tomar una copa a una disco cercana que, según dice, está muy bien y de la que ni siquiera he oído hablar. Se me ocurrió pensar que era muy tarde para mí, que incuso iba a ser tarde para ponerme delante del ordenador. Sin embargo, lo que a  alguien se le ocurre decir que sí. Vamos los seis. La típica disco con mucho ruido y muchas luces. Ya ni me acuerdo la última vez que estuve en una pero procuro disfrutar todo lo posible: me bebo dos ron con coca cola (ya casi no recuerdo el sabor), bailo hasta cansarme, coqueteo con mi acompañante y sopeso la posibilidad de ir algo más allá. Al fin y al cabo soy una mujer libre y podría terminar la noche en la cama de mi compañero sin que nadie pudiera llamarme la atención.
Pero no lo hago. Sólo es mi primer día de libertad y no me encuentro preparada. Cuando llego a casa son las cuatro. Me sorprendo cuando me doy cuenta de que no tengo que hacer ningún rito, ni desnudarme y ponerme de rodillas para meditar, ni escribir correos, chatear con nadie o revisar la lista de las órdenes pendientes. Me acuesto en la cama, desechando la dureza del suelo y lo hago con mi pijama puesto, un poco mareada por los cubatas y con un montón de ideas en la cabeza.
Pero tardo en dormirme y me doy cuenta de que me siento extraña, como si estuviera más sola, como si echara de menos algo que no sé definir muy bien, como si hubiese perdido algo que ya nunca más podré recuperar. Luego, me quedo dormida.


5 comentarios:

  1. Estas con alguien que siempre te acompañara...tu misma...y ademas tienes suerte...pocas perdonas lo conseguís

    Enhorabuena y un saludo

    ResponderEliminar
  2. Te entiendo perfectamente, después de casi dos años de libertad aún noto de vez en cuando que me falta "algo", por suerte sólo es una sensación pasajera ;)

    Por cierto, aprobecho para decirte que no entientiendo cómo ni por qué tu blog ha llegado a determinados extremos, pero quiero que sepas que te apoyo y que creo que tus reacciones no son, para nada, reprochables. Un beso

    ResponderEliminar
  3. Eres una esclava con mucho potencial, pero no debes arodillarte ante un amo de plástico con forma de teclado y monitor de ordenador.

    Necesitas un amo real, sentir la calidez y la firmeza de su voz, sentir realmente en tu piel sus castigos y sus caricias.

    A partir de ahí queda un largo camino que recorrer, pero juntos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a los cuatro por vuestro interés, vuestros consejos y vuestro apoyo. Espero que no se me haga demasiado cuesta arriba pasar de una forma de vida a otra totalmente distinta

    ResponderEliminar