miércoles, 16 de septiembre de 2020

Cambio de oficio


 


Hoy voy a contar algo que me sucedió a principios del verano y que cambió, en gran manera, mi forma de vida.

Como he comentado en algunas ocasiones a lo largo del blog, mi profesión es la de médico y en ella he estado trabajando desde que terminé la especialidad. Desde hace ya algún tiempo, lo he hecho gracias a un contrato que me han ido renovando todos los años. Por desgracia, no hice la última oposición que se convocó, creo que hace dos años o así. Pero resulta, que en esta ocasión, no me han renovado el contrato, no sé por qué razón, y me he quedado sin trabajo. Al principio, pensé en buscar una interinidad o algo eventual y ponerme a preparar la próxima oposición, que se calcula que será dentro de dos años.

Pero mi Ama ha tenido otra idea. Le ha parecido bien que prepare la oposición, que en su día vaya a los cursos que haya y que me puedan ayudar, pero no acepta que busque un trabajo eventual, bien en la sanidad pública o bien en la privada. Y ello, por que quiere que tenga otras experiencias, tal vez, más acordes con mi condición de esclava y ha hecho las gestiones oportunas para que entre a trabajar en una casa como empleada doméstica. y ahí estoy desde principios del verano. He dejado de ser médico y me he convertido en una empleada del hogar o, si se quiere un término más claro, en una criada. De lunes a viernes voy a esa casa, desde las nueve de la mañana a las dos de la tarde cobrando la parte proporcional al salario mínimo. Por supuesto, tengo mi contrato y todos los asuntos legalizados.

Hay también una orden importante de mi Ama y es que nadie, ni en la casa a la que voy  ni fuera, puede conocer mi profesión de médico. he de comportarme en todo momento y ante todo el mundo que no es de mi círculo íntimo, como una empleada doméstica.

Llevo aún poco tiempo, pero ya ha producido algunas consecuencias y una de ellas es que el ambiente en el que se desarrolla mi vida ha cambiado sustancialmente, en las nuevas amistades, en conocer a otras chicas que trabajan en lo mismo que yo y en algunas cosas más. 

Para finalizar, diré algo que sorprenderá a muchos, pero que es totalmente cierto. Naturalmente, sé lo que he estudiado y la profesión que he ejercido siempre, pero si queréis que os diga la verdad, a veces tengo la sensación de que siempre he sido una sirvienta y la total seguridad de que aún lo voy a ser durante mucho tiempo.


9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. En verdad ha sido y está siendo una experiencia nueva para mí, algo dura, pero gano en sumisión y obediencia.

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    2. Si, y con profundización en la humillación...

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    3. Sí, es humillante, sobre todo, al principio. parece mentira pero con el paso del tiempo te vas acostumbrando. Además, sé que no va a ser cosa de unos días, sino que va a pasar tiempo y eso influye mucho

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    4. Cierto, el tiempo contribuye a la humillación; pero ¿al habituarse disminuye la humillación o se mantiene? ¿Cómo sigue la situación?

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    5. Se hace todo más normal. Pasado el tiempo es casi como si siempre hubiese sido empleada doméstica. Al conocer a más gente de este oficio y a los de su círculo contribuye a hacer las cosas más normales.

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    6. Si, es comprensible. ¿Y también estudiando?

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  2. ¿Y la gente de tu círculo íntimo sabe o debe saber que eres una sirvienta?
    ¿Esto para ti resulta humillante o estimulante?
    Estaría bien que nos fueras hablando de esas consecuencias que se te van dando

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    1. La gente de mi círculo íntimo sabe que soy médico, porque no puedo dejar de serlo, pero también sabe que trabajo con empleada doméstica. Me refiero a los que saben que estoy en BDSM. Hay gente que no lo sabe como es lógico.

      Es humillante, no por el trabajo en sí, sino por el cambio y por cómo me ve la gente, pero también es estimulante porque no es fácil aparentar ser lo que no se es. Por eso, siempre me digo a mí misma que realmente soy una empleada doméstica pues con eso me gano la vida.

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