lunes, 31 de octubre de 2011

Solamente un sueño



A veces sueño que me inicio en la esclavitud, no que vuelvo a ser esclava sino que empiezo de cero, como si fuese mi primera vez. Sueño que he encontrado a un Amo y que he averiguado que le gusta lo mismo que a mí. Quiero decir que le gusta lo que me gusta a mí dentro del BDSM. Y pactamos unas condiciones. No tendremos límites, porque en mi sueño gozo de una buena salud, seré su esclava para todo y él será mi Amo y la única persona con la que me relacione.
Lo que ocurre es que paso la mayor parte del tiempo sin hacer nada porque tengo que seguir adelante y eso me da la oportunidad de pasar mucho tiempo pensando. Pero hay veces en que el pensamiento se transforma en sueño y entonces, cierro los ojos y veo a mi Amo adiestrando a su sierva para convertirme en la esclava más sometida, sumisa y humillada que pudiera imaginarse.
Sueño que vivo en una mazmorra, en la mazmorra de mi Amo y que allí siento el placer mío y suyo cuando el látigo cercena mi piel, el dolor intenso que, poco a poco, va desapareciendo porque soy consciente de que estoy sirviendo a mi Dueño, que no me queda un resquicio de libertad.
Sueño que mi Amo también me cuida y me mima y que piensa que soy imprescindible en su vida. Que me alienta para proseguir y que me anima cuando algo sale mal, aunque también es el que me castiga cuando no cumplo mis obligaciones, cuando no estoy a la altura en la que él cree que debo estar. El que me insulta y me humilla, el que hace de mí una perra o una puta, el que me exhibe sin miramientos, el que presume de tener una esclava que no sirve más que para ponerse a sus pies.
Luego, cuando, por fin, abro los ojos y me doy cuenta de que sólo ha sido un sueño siento la infinita tristeza de la que sabe que hay sueños que nunca se convierten en realidad. y que éste se quedará en lo que siempre ha sido, una manera de disfrutar de algo de lo que nunca disfrutaré porque mi reto ahora no es ser esclava sino sobrevivir y porque no quiero estar haciendo perder el tiempo a un Amo que tiene otras prioridades y que sabe que nunca daré la talla.

lunes, 17 de octubre de 2011

Javi y Moscú



Ayer domingo recibí una visita sorprendente o, cuando menos, absolutamente inesperada. Fue la de mi ex-novio Javi que vino a interesarse por mi salud. Algunos dirán que no es tan raro que un antiguo novio vara a ver a su ex-chica porque se acaba de operar de algo muy serio, pero si digo que Javi y yo rompimos hace casi seis años, entonces la cosa cambia. De todas formas, nunca nos hemos tirado los trastos a la cabeza y durante estos años hemos mantenido una relación cordial e, incluso, hemos salido juntos en alguna ocasión formando parte de distintos grupos.
Javi y yo fuimos novios durante casi tres años y en la conversación que mantuvimos ayer, salió a relucir, en un momento dado, el viaje que hicimos juntos a Moscú. Podéis imaginar  la cara y los comentarios de mis padres cuando, con veinte años y estudiando medicina, les dije que me iba a Moscú con mi novio. Era una oportunidad  que no podía desperdiciar. Él iba enviado por su empresa y con sus dietas y algo más que pusimos de nuestros bolsillos estuvimos allí durante una semana por una cantidad bastante económica.

Moscú es, junto con Peking y Shanghai una de las tres ciudades de entre todas las que conozco que son absolutamente diferentes a como había imaginado antes de conocerlas. Se habla de París, de Londres o de Roma y más o menos te imaginas cómo son y cuando las ves te das cuenta de que lo que imaginabas es muy parecido a la realidad. Pero en Moscú no es así. Yo tenía el estereotipo de una ciudad fría y desangelada (nosotros fuimos en verano) con poca gente en las calles, pocos coches, grandes avenidas, autopistas flanqueadas por vetustos bloques de edificios de la época soviética y un ambiente gris y aburrido.
Pero me equivocaba. Por supuesto, esas avenidas y esos bloques existen pero el centro de la ciudad nunca lo había imaginado como es en realidad. Hoteles de superlujo, tiendas de superlujo y gente que, al menos en apariencia, vive en el superlujo. Calles llenas de Mercedes, Audis o BMV. La calle Arbat, preciosa y peatonal, flanqueada de tiendas, heladerías y cafeterías con sus correspondientes terrazas y puestecillos en el centro donde venden las famosas matrioshkas, iconos y otros recuerdos para los turistas.
La calle Tverskaya, la principal de Moscú, llena de tiendas, restaurantes y una increible tienda de alimentos donde piensas que debe costar dinero el solo hecho de entrar. La plaza Pushkin con uno de los restaurantes más antiguos de Rusia, el teatro Bolshoi, que estaba en obras, una ciudad llena de parques y jardines, centros comerciales subterráneos y, por supuesto, el Kremlin.
En mi ignorancia pensaba que el Kremlin lo constituían una serie de edificios donde se albergaban las dependencias del gobierno, pero en realidad es un grandísimo espacio rodeado en parte por una muralla y donde también hay varias iglesias, jardines y magníficas vistas al río. Como curiosidad, diré que en el recinto del Kremlin hay unas rayas en el suelo pintadas de blanco, como las que dividen las carreteras, pero están aleatoriamente distribuidas y, francamente, no sé para qué sirven. Están en las calzadas y en las aceras pero lo curioso es que cuando vas paseando por allí si pisas la raya o la traspasas, para criuzar la calle por ejemplo, inmediatamente oyes el silbato de un policía que con la mano te hace gestos para que vuelvas al sitio correcto. Ni idea de por qué.
Un lado de la muralla del Kremlin es la que da a la famosa Plaza Roja, bastante grande, a la que se entra y de la que se sale a través de un arco que componen varios edificios rojos, aunque a veces la policía cierra la plaza y la mantiene cerrada unas horas hasta que la vuelve a abrir. Al otro lado de la plaza está la catedral de San Basilio. En la muralla está la tumba de Lenin. Bastanta soprendente también. Hay que bajar varios tramos de escalones (por supuesto antes has tenido que dejar cámaras de video, de fotos, móviles, bolsos y todo lo que lleves en las manos). En cada tramo de escalera hay un soldado que con el dedo en la boca te conmina a que guardes silencio aunque vayas sola y no hayas abierto la boca. Por fin, al final, hay una urna de cristal, todo muy oscuro y frío y dentro de la urna está el cadáver de Lenin, si es que en realidad es Lenin y no un muñeco de cera. No te puedes parar, rodeas la urna y te vas.
Frente a la muralla de la Plaza Roja está GUM, que es un centro comercial de lujo y por todo lo alto, con tiendas, cafeterías y restaurantes, todo carísimo (Un botellín de agua mineral nos costó seis euros en 2005). Detrás del centro hay muchas calles estrechas y cuidadas por las que se puede llegar a otra zona mucho más grande y concurrida.
Moscú es una ciudad muy cara, dicen que la más cara del mundo y, sin embargo, da la impresión de que no es así; las chicas visten a la última, y todo el mundo lleva en las manos bolsas de grandes firmas (A lo mejor las llevan vacías) La verdad es que no sé cómo lo hacen. Por mi profesión pregunté a un guía lo que ganaba un médico y me respondió que entre 150 y 200 dólares al mes. ¿Cómo pueden comprar?  ¿Cómo puede haber tantos bares de música, tantas discotecas? Javi me dijo que la corrupción lo arregla todo, pero no sé.
Con corrupción o sin corrupción no todo es lujo y también hay mucha miseria. Es impresionante ver a niños  y niñas entre 8 y 14 años vivir en la calle o en las estaciones del metro, pidiendo o robando ( a nosotros nos birlaron una cámara de fotos), inhalando pegamento de bolsas de plástico, hambrientos, sucios y sin que nadie les haga el mínimo caso. Todo el mundo pasa a su lado y a nadie parece importarle. Seguramente es que no es oro todo lo que reluce.

domingo, 16 de octubre de 2011

Gracias por el premio


Mi agradecimiento a carmesi y su blog por otorgarme este premio qte tanto agradezco, no sólo porque recibir un premio a una labor es ya una satisfacción en sí sino por obtenerlo en una época que ha sido difícil para mí.

He sabido que hay que designar siete blogs a los que les otorgo este premio y aunque para mí es difícil porque casi siempre visito los mismos, aquí va la lista


Aprendiendo sumisión

Esencia sumisa

Confesiones de spìca

Simplemente.-.. Monah

Casquivana

Arte BDSM

Directorio Blogs BDSM

domingo, 9 de octubre de 2011

El regreso



Hola a todos.
Hace unos días salí del hospital una vez realizada la intervención que necesitaba y deseo dar las gracias a todos los que se han interesado por mí en estos días, ya sea de una forma o de otra. A los que me han escrito decirles que tengan un poco de paciencia y que no tomen a mal que no les haya respondido pero estoy tremendamente cansada y con una difícil recuperación por delante. Lo haré en los próximos días. Según me han dicho, las cosas han salido bastante bien, aunque todavía me queda un largo camino por recorrer.
De forma más privada quisiera responder a dos amables comentarios que han hecho en mi ausencia.
A Carmesí decirle que estoy totalmente de acuerdo con ella y que lo único que pretendía decir en mi entrada era que, en mi opinión, toda sumisa que tiene un Amo es una esclava con todas las consecuencias y que cualquier persona puede ser sumisa sin tener ningún Amo.
A Jolucarsan que también estoy de acuerdo con lo que me dice y que lo normal es que cada esclava tenga el Amo que más se acerca a sus deseos y cada Amo a la esclava que más se ajuste a lo que él pretende de ella.
En estos días ha brotado una nueva esperanza para mí que espero sea la definitiva. Gracias a todos y muy pronto seguiré publicando las tonterías que se me ocurran.