martes, 30 de septiembre de 2014

Adios nunki




Hoy nunki ha muerto como esclava. Nació hace ya tres años cuando su Amo tomó el nombre de esa estrella lejana en el Universo y desde entonces, le ha servido con dedicación, lealtad y entusiasmo. Durante tres años, nunki se ha entregado sin reservas a su Amo, renunciando a su vida privada, a sus amistades y a todo cuanto no fuera someterse a su Amo en cuerpo y alma en una relación profunda, sincera y gratificante. Ha sido esclava durante las veinticuatro horas de cada uno de esos días de los tres años, prácticamente sin límites y sin condiciones.
Pero a partir de ahora, nunki sólo será esa estrella lejana de la que un día tomé su nombre para sumergirme en el mundo del BDSM y vivir una de las épocas más extraordinarias de mi vida.
Sin embargo, no renuncio a seguir viviendo ese estilo de vida que me compensa ampliamente de cualquier otra adversidad o renuncia.
Hoy quiero agradecer al que hasta ahora ha sido mi Amo su entrega y su dedicación, las horas robadas al sueño o a otras actividades para dedicárselas a su esclava.
Quiero agradecerle su generosidad con mis errores e incumplimientos, con mis manías, con mi mal genio, con mi forma de pensar, con mis excusas y, también, por qué no, con esos momentos en que para evitar un castigo, he intentado modificar la realidad.
Quiero agradecerle la confianza que ha tenido siempre en su esclava, su actitud de no dudar nunca de que lo que le decía era la verdad, de que lo que le pedía era necesario, de respetar todas mis cosas aunque no tuviese por qué hacerlo
Quiero agradecerle el respeto que siempre ha mostrado por mí y por mis pertenencias, las facilidades que me ha dado para responder a los mensajes de otras personas, mis relaciones familiares o mi trabajo.
Quiero agradecerle también su interés, su comprensión, su paciencia, su tono, su implicación, su desvelo, su sinceridad, su disponibilidad y cientos de cosas más.
Por fin,  quiero agradecerle algo que, en verdad, nunca he podido pagarle: el haber hecho de mí una mejor esclava y una mejor persona. Me gustaría haber dejado una pequeña, incluso ínfima, huella en su vida. No tengo mucha esperanza de que haya sido así.


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