sábado, 17 de diciembre de 2011

Entre mujeres




Desde hace unos años tengo una amiga a la que conocí en mi último año de Universidad con motivo de una fiesta de cumpleaños de otra persona y con la que he estado saliendo desde entonces. No es que saliéramos todos los días pero sí de vez en cuando, en unas ocasiones las dos solas y en otras formando parte de algún grupo. Hasta que no pasaron varios meses no supe que mi amiga (digamos María) era lesbiana y eso porque me lo dijo ella misma una tarde en que salió la conversación. Lo cierto es que su tendencia sexual no afectó para nada a nuestra amistad, pienso que cada cual puede pensar como quiera y todas las posturas en materia sexual me parecen igualmente respetables.
Un día me preguntó si quería que fuéramos a un bar de chicas. Me sorprendí un poco pero me pudo más la curiosidad y le dije que sí. Fuimos a un bar cuyo nombre no recuerdo pero que estaba decorado totalmente en blanco y negro, muy bonito y original. Tenía una barra atendida por dos chicas, una pequeña pista de baile y algunas mesas con sus asientos. Aunque había gente no estaba lleno. Mi amiga y yo nos pusimos en la barra y pedimos una bebida y empezamos la típica charla sobre el local y el ambiente de esos sitios. Estoy convencida de que las dos chicas que servían la barra y toda aquella que nos viera pensaría que yo también era lesbiana y debo decir que ese pensamiento me producía cierto morbo.
Llevábamos ya un buen rato allí cuando se nos acercó una chica muy guapa que saludó a María. hablaron unos segundos y luego María me presento a mí. Nos besamos en las mejillas y estuvimos hablando un ratito al cabo del cual nos propuso ir a un sitio que según ella era mucho más interesante.
En verdad lo era. Un sitio más íntimo, oscuro, con música suave, parejas en la barra y rodeando la pista de baile. Todas chicas por supuesto. Algunas cogidas de la mano y algunas besándose discetamente en algún rincón. Ocupamos un sitio en la barra e inciamos alguna conversación. La verdad es que empezaba a notarme nerviosa, nerviosismo que aumento cuando Alba nos preguntó si éramos pareja. María le dijo que no, pero no le dijo que yo no era lesbiana y no sé por qué absurda razón, a mí me dio vergüenza aclararlo, tal vez porque me hubieran reprochado estar en un lugar como aquel.
Lo que ocurrió después fue algo que no había previsto. Alba me invitó a bailar, María me animó a hacerlo y yo lo hice y durante el baile Alba me besó, las dos de pie en una esquina. No la rechacé pero tampoco la besé pero cuando volvió a repetir el beso yo también lo hice y nos estuvimos besando durante un  instante.
Algunos días después recibí una llamada telefónica suya para invitarme a una fiesta en una casa que tenía en una urbanización cercana. No sé si acerté pero le dije que sí. Durante los días siguientes me sentí nerviosa y excitada pero un par de días antes me volvió a llamar para decirme que había ocurrido algo y que la fiesta se posponía para más adelante. No puedo decir que sintiera alivio ni tampoco desilusión. Tal vez indiferencia.
No volví a saber de ella aunque he seguido viendo a María, ni he vuelto a tener ningún contacto lésbico por pequeño que sea, pero a veces fantaseo pensando qué hubiera ocurrido si llega a celebrarse aquella fiesta.


2 comentarios:

  1. Soy A. J ponte en contacto conmigo escribeme a sensacionesextremas@gmail.com por ciertobonito relato

    ResponderEliminar
  2. Se ve que echas de menos a tu Ama.

    ResponderEliminar