viernes, 9 de diciembre de 2016

El chivo expiatorio




En todas las familias, en todos los grupos y en todas las comunidades hay, siempre, un chivo expiatorio.
Recuerdo que cuando yo era pequeña y ocurría algún percance, la culpable siempre era yo. Nunca mi hermano mayor, único varón, y tampoco mi hermana pequeña, más buena que una santa. Si ante la ausencia de mis padres, se rompía un jarrón o una figurita de porcelana, faltaba algún objeto o se había cometido cualquier desaguisado, la culpable era Silvia, un terremoto a la que sus hermanos no se atrevían a acusar. Si luego, con el paso del tiempo, se averiguaba que Silvia no había tenido nada que ver, nadie se dirigía a ella para excusarse o para pedir disculpas por el error. A mí, desde luego, me daba absolutamente igual y seguía mi vida como si tal cosa, más que nada porque, en vez de todas esas cosas que no había hecho y de las que era, supuestamente, culpable, había muchas otras ocasiones en que sí era culpable y nadie se enteraba de los desperfectos.
Lo peor es que, actualmente,sigue sucediendo lo mismo. En casa de mi Ama convive con nosotras otra esclava, propiedad de un Amo que no está en la ciudad y cuando se produce algún desaguisado o alguien se equivoca obedeciendo una orden o mandando un correo o coge el ordenador sin permiso, la culpable es nunki porque ya se sabe que es la más rebelde, la más protestona y la principal sospechosa de cualquier inconveniente que se produzca.
¡Jesús, qué cruz!

2 comentarios:

  1. Jeje, yo pese a que en casa sólo estamos mi Amo y yo, tengo también ese "deje de culpa" de cosas que ni siquiera se han sucedido todavía! ainsss.
    Saludos.

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    1. Son cosas que pasan realmente, siempre hay alguien que carga conn todas las culpas, las tenga o no. hay algunos refranes que explican muy bien eso.

      Gracias por escribirme y por leer el blog.

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