lunes, 4 de agosto de 2014

Highlands



Hace unos años estuve viajando por Escocia. Estaba todavía en la Facultad y junto con algunos amigos decidimos recorrer aquella parte del Reino Unido. Recuerdo que visitamos Edimburgo, Glasgow, Inverness, Perth, el lago Ness, en el que no conseguimos encontrar al famoso monstruo y algunos sitios más.
Se me ha venido todo esto a la memoria porque una persona muy cercana a mí está pasando estos días en esas tierras con algunos amigos, aunque, según creo, en un plan más deportivo que turístico.
Me duele que esa persona se haya distanciado tanto y tan bruscamente de mí porque no tengo conciencia de haberle hecho ningún mal ni nada que hubiese podido resultar ofensivo hasta el punto de no dirigirme la palabra.
Me estoy preguntando estos días, en un ejercicio bastante absurdo y poco práctico, si le hubiera gustado haber ido conmigo en vez de haberlo hecho con sus amigos o, incluso,  si hubiera aceptado hacerlo si yo se lo hubiera propuesto. Francamente, creo que no. No ya porque nos hayamos distanciado hasta el punto de romper cualquier vínculo, sino porque creo que nunca ha sopesado la posibilidad de hacer una cosa así. Tampoco yo lo he hecho hasta ahora.
En todo caso, espero que en algún momento de su viaje, mientras anda por aquellos riscos o mientras aguanta la lluvia y el viento o mientras se toma un magnífico whisky en un rincón de algún hotel, se haya acordado de mí y de la relación que en un tiempo mantuvimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario