jueves, 9 de enero de 2014

Azotes



La mayor parte de las esclavas que practican el BDSM, han tenido la oportunidad de ser azotadas , por supuesto siguiendo las reglas del BDSM y de forma segura y consensuada. Sus pieles han probado el látigo, el gato, la fusta, la vara, la regla, la mano del Amo...Incluso, muchas han sido abofeteadas en la cara. Recuerdo que cuando empecé, se me ocurrió preguntar en un foro cuál era el instrumento que las sumisas y esclavas preferían. Nadie me dio una respuesta tajante.
Hoy, puedo decir que desde mi punto de vista, el látigo es, con mucha diferencia el que yo prefiero. Tiene el inconveniente de que sólo es fiable si lo emplea una persona muy experimentada porque si no, se corre un grave peligro de ser lesionada. Pero, aún reconociendo que es doloroso, produce una sensación extremadamente excitante. Sentir el contacto con la piel, sentir el golpe es doloroso pero constituye una experiencia distinta.
Nunca he llegado a lo que se conoce como sub-space, aunque he estado cerca, pero sí he experimentado la sensación de que con el transcurso de los azotes se va perdiendo sensibilidad y llega un momento en que empiezan a doler menos.
Por contra, el instrumento que más odio, si se puede emplear esa palabra, es la vara. Desde mi punto de vista produce un dolor muy fuerte y además, muy desagradable. Los Dominantes que la saben usar bien hacen que la vara de el golpe y rebote  varias veces, con lo que la sensación es incómoda. Aunque para algunas sumisas y esclavas es posible que también tenga su lado positivo.

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