En primer lugar quisiera pedir disculpas a los lectores de este blog por haber dejado pasar demasiado tiempo sin escribir ninguna entrada, problema que voy a intentar solucionar ahora. Es verdad que estoy totalmente ocupada durante todo el día, pero eso no es ninguna excusa porque si he abierto un blog es para escribir en él
Como creo que ya sabe todo el mundo que me sigue, estoy inmersa en un adiestramiento muy intenso para convertirme en una esclava total, dentro del mundo del BDS. Todos los días soy adiestrada de dos maneras: físicamente y mentalmente. El adiestramiento físico es fácil de comprender y todo el mundo sabe lo que es, pero no ocurre lo mismo con el mental. Aún estoy en pañales en este tema y, sin embargo, he dado pasos de gigantes en estos pocos meses. Estoy comprendiendo, cada vez con más intensidad, que mi obediencia, mi sumisión y mi obligación de complacer a mi Amo no se consigue con las amenazas, el miedo o los azotes, sino sometiendo la mente de la esclava.
Ahora sé que si mi Amo me ordena algo debo hacerlo porque es lo justo, lo normal, mi obligación. Mi Amo jamás grita y raramente se enfada, pero empiezo a saber que cuando dice algo sé que tengo que hacerlo. He leído un ejemplo en un artículo sobre el tema: Es cuando me Dueño me ordena que me quede sentada en una butaca hasta que el vuelva y que cuando vuelve a las dos o tres horas o el tiempo que sea, yo permanezco sentada donde él ha dicho sin haberme movido ni un segundo. Y lo hace sin dar una voz o pronunciar un insulto o una amenaza. En ese sentido, he comprendido que tengo que obedecer porque sí, porque es mi Dueño, porque es mi obligación. La sensación que se tiene es mucho más positiva, al menos para mi Amo y para mí que pretendemos una sumisión total, por supuesto, dentro de las reglas del BDSM. Profundizaré sobre este tema en una próxima entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario