domingo, 7 de agosto de 2016

Aspecto y apariencia




En mi caso concreto, mi Dueña controla de forma exhaustiva mi aspecto y mi apariencia. Ella decide qué ropa he de ponerme cada día. Al principio, mi Ama elegía el vestuario y yo me lo ponía pero, enseguida, llegamos a la conclusión de que era engorroso y decidimos cambiar el procedimiento. Desde entonces, soy yo la que escojo mi vestuario diario y me presento ante ella, que decide si le parece bien o he de cambiarlo por otro. De todas formas, hay ocasiones en las que me indica que quiere que me ponga algo en concreto y naturalmente a mí no me queda otra opción que obedecer, lo que hago encantada. Aparte de ello, debo vestir siempre de una forma determinada y con unas reglas preestablecidas, como son la prohibición de usar pantalones, faldas por debajo de la rodilla y algunas otras cosas. En casa y en privado debo estar completamente desnuda, incluso sin calzado, también cuando llega alguna visita de alguien que pertenece al mundo del BDSM, generalmente, Amos y Amas amigos de la Señora o en las reuniones en las que puedo ser exhibida.
Ella controla y decide mi aspecto físico. El peinado y el maquillaje principalmente, pero también los adornos. No puedo llevar joyas ni bisutería, aunque tengo permitido el uso de un reloj exclusivamente para el trabajo.
Llevo de manera permanente un collar, símbolo de mi esclavitud, que solo se puede retirar con una llave que guarda mi Ama. Desde hace poco tiempo llevo un tatuaje en el pubis con su inicial y otro en el lateral izquierdo del cuello. Como esclava, siempre he estado marcada pero hasta ahora siempre había sido con tinta. Llevar un tatuaje que se supone permanente me produce una emoción especial y me llena de orgullo y de satisfacción. Sé que es para mí un honor que me hace más cercana a mi Ama y con más deseos de servirla y de someterme a su voluntad.
Finalmente he de decir que mi Ama desea que vaya completamente depilada, algo que ya hacía anteriormente.